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En el marco de las celebraciones en torno al visionario artista gráfico Anton Corbijn, como parte del Guanajuato International Film Festival 2014 se presentó en el Teatro Juárez del centro de la ciudad de Guanajuato su más reciente (y solo tercer) largometraje, A Most Wanted Man (El Hombre Más Buscado).
Con una destacada carrera como director de videos musicales, y después del elegante y decadente proyecto sobre Joy Division, Control, lo último que esperaba de Corbijn era que se asentara en el género de las películas “de espías”; sin embargo, es 2014 y aquí estamos con su segundo thriller comercial.
El elemento fuerte de El Hombre Más Buscado es que es el último proyecto terminado de Philip Seymour Hoffman y el lente de Corbijn le sienta bien al histrionismo del fallecido actor, cuyo talento interpretativo recaía más sobre su lenguaje corporal que sobre su interlocución, que a veces parecía filtrada a través de un puñado de canicas en su boca.
Corbijn tiene la buena costumbre de filmar close-ups dramáticos de los actores unos cuantos segundos después de que han terminado sus líneas, cuando muestran una reacción a manera de gesto sobre el diálogo que acaban de decir; puede ser una mueca, una mirada esquiva o un suspiro, pero en ese instante los buenos talentos logran sintetizar la emoción de una escena.
Günther Bachmann (Hoffman) es un letárgico detective alemán encargado de anticipar operativos terroristas en Hamburgo, donde fue lanzado el 9/11 y que mantiene desde ese entonces en alerta a las agencias del occidente. Junto a su equipo de inteligencia que incluye a Erna Frey (la excelente actriz alemana Nina Hoss, a quién vimos hace poco en Barbara), Günther se avienta a localizar a un sospechoso terrorista que termina en Hamburgo después de haber sido arrastrado por la marea.
No se sabe exactamente como llegó hasta ahí, pero Issa Karpov (Grigoriy Dobrygin) se convierte en el centro de atención de las fuerzas de inteligencia alemanas, rusas y norteamericanas, que parecen entrar en una competencia para ver quién lo arresta primero.
Karpov recurre a algunos personajes para lograr ocultarse y extender la trama, incluyendo a la apasionada abogada Annabel Richter (Rachel McAdams) y al banquero Tommy Brue (Willem Dafoe). El suspenso va in crescendo en este thriller inteligente de Corbijn, basada en la novela homónima de John le Carré. Sigo pensando que no es precisamente su elemento, pero el talento visual del director holandés es inegable.