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Michael es un personaje de tantos que viven en vecindades en Dinamarca. Con un trabajo común, pero un sueño extraordinario, el también músico se reúne con sus amigos con la intención de convertirse en famosos raperos, plasmando en singulares rimas las vivencias de sus nada sencillos días.
La ópera prima del director danés Fenar Ahmad, Flow, es una emocionante cinta que retrata una menos glamourosa (pero más realista) Dinamarca, en la que tras conocer la historia de estos músicos callejeros, de inmediato sintió la necesidad de hacer su película.
Sin mucho presupuesto, pero con todas las intenciones de realizarlo, Flow cumple con el objetivo y cuenta su historia con verdaderos talentos surgidos de la calle, como el propio Gilli (quien interpreta a Michael), uno de los raperos más importantes de su país.
Si bien Flow destaca, entre otros elementos, por la parte musical, es en realidad la historia la que atrapa a un espectador que pronto se engancha con los personajes. El dilema de Michael, quien es sin duda el más talentoso de sus amigos y por ello logra involucrarse con uno de los raperos más importantes de su ciudad, es además el mismo dilema de quien persigue sus sueños frente a las adversidades.
En sesión de preguntas y respuestas como parte de su proyección en el marco del Guanajuato International Film Festival, Fenar Ahmad confesó que como muchos cineastas mexicanos que ha podido ver, decisiones tan sencillas como el uso de luz natural y la presencia de músicos realmente surgidos de la calle hicieron de Flow un trabajo más orgánico y menos artificial.
Así se siente precisamente, pues es a lo largo del curso de la historia que el drama se va tejiendo de manera natural. Michael se debate entre sus amigos y su trabajo para ir encontrando poco a poco la respuesta que le lleve a una respuesta que probablemente el espectador danés tenga más presente por la fama del propio Gilli.
Sin embargo la historia de Flow es tan universal como la música misma, pues en regiones donde la violencia y la adversidad reinan, es donde las expresiones artísticas como en este caso la música surgen y desbordan naturalidad.
Abordado y aplaudido al final de su presentación en San Miguel de Allende por los espectadores y curiosos, Fenar Ahmad lució agradecido por la respuesta de un público que aceptó de muy buena manera la cinta de este danés nacido en Checoslovaquia y refugiado iraquí.
Además de Gilli, los raperos que hoy hacen carrera en su país y que aparecen en Flow, son Højer Øye, Amro, MellemFingaMuzik y Gio.