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Teniendo como sede el Teatro Rubén Romero en Morelia, el británico dio una intensa y muy interesante plática en la cual, además de hablar de su más reciente trabajo (Eisenstein en Guanajuato), brindó algunos consejos sobre cómo dirigir cine y externó sus impresiones personales sobre el arte cinematográfico.
“El cine no es producto de una sola imaginación. Siempre he considerado, desde mi educación como pintor, que la pintura se realiza en solitario, es una entidad singular. El cine por el contrario requiere una concatenación de gente, dinero y una vida gregaria. Yo he procurado mantener una aproximación pictórica frente al cine. Tal vez en una argumentación extravagante de mi trabajo cinematográfico, mi cine siempre ha pretendido realizar pinturas con soundtracks”, afirmó durante su fascinante y generosa charla que se extendió por poco más de hora y media, posterior a la cual contestó precisa y serenamente las interrogantes de los asistentes.
Por la tarde, dentro de la sección en competencia de documental mexicano, en la sala 1 de Cinépolis Morelia Centro se presentó El Paso de Everardo González, el cual retrata la vida íntima y reúne los testimonios de un par de periodistas que, por cumplir con su deber de informar, pusieron sus vidas en peligro y se han visto obligados a abandonar nuestro país y solicitar asilo político a nuestros vecinos del norte.
El documental es un triste y desolador relato sobre una situación actual: la de aquellos periodistas que han tenido que huir de sus localidades de origen, ya que con su trabajo han expuesto la corrupción o al crimen organizado, y como consecuencia han recibido amenazas o intimidaciones si no es que de plano han sido secuestrados. El enfoque primordial del trabajo no es tanto hacia aquellas personalidades de la noticia con gran presencia mediática, sino más bien en aquellos reporteros, fotógrafos y camarógrafos que también arriesgan sus vidas por divulgar la verdad, pero que no cuentan con algún tipo de protección o cobijo que la ley, sus empresas o los medios les pudiesen proporcionar, y que por ello son mucho más vulnerables. Al término de la función se pudieron ver algunos rostros compungidos y hasta algunas lágrimas entre el público.
Previo a la alfombra roja y la función de gala de 600 millas, el director Gabriel Ripstein ofreció una conferencia de prensa en el Teatro Rubén Romero, donde se hizo acompañar de los productores de la película Michel Franco y Moisés Zonana, y los protagonistas de la misma Kristyan Ferrer y Tim Roth, quienes desarrollan una particular relación dentro de una trama que toca el tema del tráfico de armas. Se mencionó que la química entre estos dos actores se fue dando conforme avanzaba el rodaje, a pesar de la barrera del lenguaje.
En una charla de tono ameno y ligero, hicieron manifiesta su alegría y emoción porque la película haya gozado de tan buena acogida, y que inclusive haya sido seleccionada para representar a México en la próxima entrega a los premios Oscar. También se difundió que la cinta se estrenará comercialmente el próximo 18 de diciembre.
Ya por la noche nuevamente en Cinépolis Morelia Centro, se realizaría una función muy especial de la película Love, la más reciente producción del cineasta argentino radicado en Francia, Gaspar Noé, en la cual nos adentramos —literalmente— a los pensamientos y sentires de Murphy, un estudiante de cine que vive con su mujer y su pequeño hijo, y quien un buen día se entera que Electra, su anterior amante, ha desaparecido. Este hecho detona sus recuerdos acerca de la intensa relación que sostuvo con ella y que terminó abruptamente cuando él embarazó a su actual pareja. Saltando del pasado al presente una y otra vez, somos testigos del inicio, desarrollo, clímax y decadencia de la relación afectiva y sexual de sus protagonistas.
Todo esto es complementado visualmente por gran cantidad de imágenes explícitas sobre sus diversos encuentros y experiencias sexuales, filmados y proyectados en 3D, dando como resultado un polémico y atractivo filme, con tal fortaleza y veracidad en sus imágenes que resulta mucho más transgresor, más irreverente y menos artificioso que lo mostrado por Lars von Trier en su famoso díptico Ninfomanía. Definitivamente, Love subió la temperatura de una audiencia que asistió a esa función nocturna que concluyó en la madrugada, junto con las actividades de ese día.