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Oficialmente llegó a su fin el Guanajuato International Film Festival tras diez días repletos de mucho cine y ceremonias distribuidos en las diferentes sedes de San Miguel Allende y Guanajuato capital; y que mejor manera de cerrar el ciclo que regresando a donde habíamos empezado, ¡con otra ceremonia! En esta ocasión para premiar a quienes lo merecían, recordar los mejores momentos del festival y, en general, dejarnos con un sentimiento de incertidumbre: ¿Y ahora qué?.
Previo a la ceremonia hubo la tradicional alfombra roja en la que desfilaron algunas estrellas que ya habíamos visto durante los último días, como Roger Corman, Tiaré Scanda, Ana Layevska y nuevas caras como Ximena Ayala (protagonista de Los Insólitos Peces Gato) y al CEO de The Black List, Frank Leonard.
Además, posaron ante los fotógrafos muchos personajes que merecían un momento de reconocimiento público, tal como el vasto talento artístico que produjo, dirigió, escribió y actuó en largometrajes, cortos, concursos estudiantiles como el rally universitario y otras personas que realmente llenan de vida a un festival de cine como el GIFF 2014.
Ya adentro del Auditorio del Estado, dio inicio formalmente la ceremonia de clausura y la premiación a mucho del material fílmico que estuvimos analizando en los pasados días, como mi gallo para mejor ópera prima mexicana, Todos Están Muertos, que resultó triunfadora.
Sin embargo, mi otro gallo, el equipo universitario de los chavos de Mexicali, no ganó el Rally Universitario; el premio fue para El Verano Del Cerillito, corto realizado por alumnos de la CUEC de la Ciudad de México. Otros premios a destacar fue Mejor Documental en Largometraje para Virunga del británico Orlando von Einsiedel, así como Mejor Documental Mexicano en Cortometraje para Nicolás Pereda con El Palacio.
No puedo dejar pasar que Mejor Corto Mexicano de Ficción fue para Perfidia de David Figueroa, otro de mis predilectos personales. Fue tan vasto el material fílmico de calidad en este GIFF 2014 que es físicamente imposible mencionarlo todo. Al final de la ceremonia, la fundadora y directora, Sarah Hoch, tuvo el buen gusto de invitar al escenario a cada uno de los trabajadores del festival hasta a el último voluntario; un gesto de lo que es tener verdadera clase.