Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
7
Sub Pop / 2016
La idea de un grupo conceptual no es nada innovadora o contundente para 2016. A estas alturas parecería que lo hemos visto todo, desde los monjes siniestros que predican drone metal de Sunn O))) hasta… Bueno, Moderatto. Sin embargo, son pocos los actos de este tipo que llevan en cuerpo y alma la seriedad de la propuesta, y Arbor Labor Union es uno de ellos. Bienvenidos a este bosque radiante llamado I Hear You.
Después de ver la extensa y bastante original historia detrás de su gestación en el sitio web de Sub Pop, su disquera, uno incluso puede adentrarse con más animosidad a su estilo de haikus forestales, cánticos lacónicos y vibra relajada. Musicalmente le deben mucho a Pixies, Pavement y Parquet Courts, con texturas lo-fi, riffs repetitivos y psicodélicos y mucha desfachatez en la voz de su líder, Bo Orr -o, como se denomina en su biografía, Capitán Bo Orr: Chamán y Juglar de la Nave IHU/ Gurú Sin Cabeza-. Entre referencias espaciales y náuticas y mapas detallados del universo que crearon, ya se darán una idea de qué tan lejos lleva el juego.
A diferencia de los grupos anteriormente mencionados y sus tendencias existencialistas/dramáticas, este cuarteto de Georgia tiene una predilección por cantar y tocar dedicando sus piezas al placer de cantar y tocar. “Mr. Birdsong” nos presenta a un personaje con rasgos plumíferos que propaga paz y música a través de los bosques, las montañas y los riachuelos. La mitología sigue con los mismos trayectos sobre “Radiant Mountain Road” y “Volume Peaks”, siendo esta la pieza central del disco con sus ataques a los amplificadores, baterías insistentes y versos en espiral.
Arbor Labor Union es una paradoja intrigante de tranquilidad lírica con fuertes brotes de post-punk que invita al escucha a pasearse entre los árboles y brincar sin pudor. Imagínense a una banda como Ought, pero sin la paranoia o el cinismo. Son como el sueño de cualquier seguidor de Jethro Tull o alguna otra banda folk-campestre de los setenta que quiso seguir embobada en la magia y las metáforas musicales, aunque en lugar de flautas, banjos y armonía, hay distorsión y frenesí.