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Sacred Bone Records / 2016
Dance y pop de tintes ochenteros. Lúcidas armonías, sintetizadores y baterías sampleadas. Sus orígenes fuertemente arraigados a la época industrial del minimal synth y lo más crudo del punk británico apenas son perceptibles en la superficie de los ocho temas que conforman la nueva producción discográfica de Lust For Youth.
Dos años después de International, disco que intentaba evocar la movida de Manchester con canciones como “Illune” o “New”, el trío sueco lanza Compassion, álbum en el que -por fin- parecen haber logrado reconstruir ese periodo en la música.
Los primeros acordes de “Stardom” subrayan los preceptos de su nueva estética musical, en los que viran varios de los cortes intermedios como “Limerence” y “Tokyo”.
“Easy Window” es un interludio sonoro en el que aún se distinguen ciertos vestigios del post-punk, mantenidos también en “Better Looking Brother”, aunque este tema explora el lado más electrónico del álbum.
Atmosférico y suave, “In Return” regresa a los orígenes de la banda liderada por Hannes Norrvide y los combina adecuadamente con su nueva efigie melódica.
Además de los sintetizadores en primer plano, en el nuevo material discográfico también emanan voces más cuidadas y preponderantes. La voz de Hannes ahora suena al frente. Sin embargo, mantiene el estilo apático que lo caracteriza y que contrasta irreprochablemente con las melodías.
Es inevitable notar algunas similitudes con Depeche Mode –la influencia es evidente–, tal vez en el registro vocal Norrvide análogo al de David Gahan o en los ritmos de visualización que se repiten una y otra vez.
Compassion no es un disco propositivo o innovador, pero cumple perfectamente su objetivo: evocar la época dorada de la escena “Madchester” que se desarrolló en Reino Unido.