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Soundway / 2016
La Yegros, originaria de Argentina, sabe muy bien que el baile está en la sangre del latino. Ya sea que seas mexicano, cubano o argentino, en tu ADN estará impregnado el gen del ritmo. Cumbia, electrónica y hasta toques de son (jarocho y cubano), son los ingredientes que usa para poner a bailar a todo aquel que la escuche.
Con su segundo disco, Magnetismo, logra aterrizar las mezclas con las que se había dado a conocer en 2013 con Viene De Mí. Desde la primera canción (que le da nombre al álbum), se puede notar no solo que no te podrás quedar quieto, también será evidente que el sonido evolucionó ya que no es tan orgánico como su antecesor por la electrónica.
Quizá, lo más acertado de este material, es traer a bordo a Gustavo Santaolalla, músico y productor argentino que entre su curriculum podemos encontrar el haber producido grandes joyas del rock latino como: ¿Dónde Jugarán Las Niñas?, de Molotov o Re de Café Tacvba. Su toque se puede encontrar en dos canciones “Carnabailito” y “Chica Roja”. La primera es una reversión de una melodía que salió en el 2003 en el disco solista de King Coya (productor y arreglista de La Yegros) que fue producido por Santaolalla. La segunda es un tango-cumbiero-electrónico, sin rodeos, se trata de el mejor track del disco.
Si todas estas mezclas no fueran suficientes, en “Hoy”, escuchamos otro lado más: la balada. Tranquila, ayuda a agarrar aire entre baile y baile, como cuando ponen una canción calmada en las bodas justo entre la cumbia y la salsa.
El baile regresa con “Sueñitos”. Aquí las percusiones toman el control pues, aunque no eliminan el sonido electrónico, marcan el ritmo de una melodía que sirve de perfecta transición entre lo que vino y lo que viene en “Arde”, que retoma los beats artificiales y la cumbia, aunque esta vez de manera más tranquila.
En “Déjate llevar” el camino de la fusión nos traslada a México, específicamente al estado de Veracruz y su son jarocho.
Desgraciadamente, lo bueno del disco se ve cortado por “Frágil”, la canción más electrónica del disco. No sólo está mal lograda musicalmente, su letra es mala, artificial como los beats que la rodean. Por fortuna es sólo una entre todas y rápidamente el álbum se levanta para cerrar con broche de oro.
La última canción también es la más orgánica. Compuesta por Gaby Kerpel (King Coya), “Lejos” es sólo voz, melódica e instrumentos de cuerda (parecen jaranas), lo único necesario para hacer una gran composición.
Magnetismo logra, la mayor parte del tiempo, crear el perfecto equilibrio entre lo acústico, lo eléctrico y lo electrónico. El crecimiento de La Yegros es tangible y se celebra.