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Empezamos el tercer día de actividades en el CIFF con la proyección de Remember, el último trabajo del director canadiense Atom Egoyan. Terminada la función, pudimos presenciar una entrevista con el cineasta y el director del festival Alonso Aguilar.
Aguilar le comentaba a Egoyan cómo le sorprendió que Remember era una de esas historias de sobrevivientes del holocausto, pero con un giro muy interesante al final, algo que rara vez se ve en el cine por lo delicado que el tema es para muchos ejecutivos judíos de la industria, y en efecto uno como cineasta está interesado en llevar la fiesta en paz con ese grupo de personas. Cabe mencionar que siendo judío, Egoyan puede experimentar un poco más con el tema, y de ahí surge este largometraje que funciona de momentos como un drama, como un thriller y como una película de suspenso.
El aclamado actor de la pantalla y el escenario Christopher Plummer es Zev, un viejo senil que empieza a padecer los caprichos de la demencia en un asilo después de que pierde a su esposa una semana antes. Nos enteramos de que es un sobreviviente del holocausto, incluso antiguo prisionero de Auschwitz, pues cuenta con un tatuaje en el brazo que lo comprueba. El viejo Zev prácticamente olvida lo que sucedió el día de ayer y empieza a lucir un poco sospechosa la información que le alimentan las personas a su alrededor, incluido su hijo y su antiguo compañero en Auschwitz, Max. ¿Les suena vagamente familiar? ¡Claro!, es una situación similar a la de Guy Pierce en la obra maestra de Christopher Nolan, Memento (2001), solo que aquí el estelar se mueve mucho más despacio.
Max le provee una carta a Zev con varias instrucciones de actividades que debe llevar a cabo una vez que lo ayuda a escapar del asilo. Es nuestro entendimiento que Max —quien no puede abandonar el asilo ya que se encuentra en silla de ruedas— y Zev confabulan para buscar y castigar a un antiguo oficial nazi, o al menos eso parece que están haciendo.
En entrevista posterior a la función, Egoyan comentó que Remember podía verse como un estudio de cómo cada quien concibe la realidad, y cómo cada quien puede tener su propia versión de justicia. Otros temas que se estudian en el filme es la importancia de la memoria —de ahí el título de la película— y el impacto de sucesos traumáticos a largo plazo.
Egoyan también platicó con Aguilar sobre otras cosas, tales como la importancia de la televisión en nuestros tiempos, tema que curiosamente yo había tenido la oportunidad de tratar con el mismo Aguilar hace algunos días. Por supuesto, salió a colación The Wire, y el consenso por parte de esos dos directores —y creo que del resto de los que estábamos en la sala— fue que la serie de David Simon no solo es un gran logro televisivo, sino una de las verdaderas obras de arte de los últimos tiempos. Egoyan expandió sus comentarios explicando que la televisión es finalmente la realización de los escritores, donde pueden llegar a tener decenas de horas disponibles para conceptualizar una trama.