Una delicada espiritualidad acústica
Una delicada espiritualidad acústica

Eterna acompañante de la noche, no conoce la distancia entre continentes ni mundos, enamorando con su eterno brillo a todo aquel que levanta la vista en medio de la oscuridad. La Luna, con su belleza y su misterio ha sido la principal influencia para el disco nūmūm de Johanna Warren.

Once canciones llenas de espiritualidad y letras que evocan los diferentes ciclos humanos, aderezándolos con un ligero aire de bosque encantado. Un dulce sonido envuelve los oídos acompañado a la suave voz de Johanna que deja los suficientes silencios para notar los sonidos alienados que acompañan a “Black Moss”.

El calor del pop te envuelve en cada acorde sin empalagar ni caer en el aburrimiento. Los coros y samples usados en “Noise” recuerdan, las risas de los juegos infantiles y reviven la creencia en los cuentos de hadas. Warren no le tiene miedo a la experimentación y crea “Apogee”, una pieza instrumental llena de sonoridad indefinida.

Reflexiones. Las letras están llenas de experiencias e ideas de la cantante. En “ This is Why” podemos escuchar lo que piensa sobre disfrutar la vida y claro, toca el tema del amor. Un sentimiento que nos acompaña desde que nacemos pero, explota al dejar la adolescencia.

“The Wheel” cierra con la pregunta: ¿Hacia dónde vamos? Mostrándonos los diferentes registros vocales que puede alcanzar y la presencia experimental que incluyó en este disco con sutiles pero llamativos sonidos metálicos.