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La noche de ayer fue profunda de muchas maneras. Existen distintos ángulos para abordarla, pues más allá de un gran concierto de guitarra y piano, Chan Marshall obsequió regalos lejos de lo material y muy cerca de lo intelectual y espiritual.
Se trató de la primera vez en casi ocho años que Chan se presentó sin compañía en un escenario mexicano, es decir, sin una banda de músicos detrás tal y como sucedió en su primer visita al centro histórico de nuestra capital para dos fechas en el antiguo edificio del Nacional Financiera.
Cat Power arribó al escenario con seis meses de embarazo, para sorpresa de muchos, y sin muchas presentaciones tomó su guitarra y desbordó un mar de emociones frente a los presentes en El Plaza Condesa que, independientemente del corte acústico deprimente y de que Chan parecía más Kim Deal que aquella delicada y frágil cantautora a la que vimos crecer en escenarios nacionales, estuvo más que atento y devoto durante las dos horas y media de concierto.
De la guitarra al piano y con uno que otro balbuceo a la nada que la misma Marshall reconoció le daban un aire de 'locura', la cantante se dio unos momentos para invitar a la reflexión, confesando que uno nunca sabe cuando puede terminar sola y con un hijo, y que en todas partes del mundo la energía negativa está en incremento.
Es el poder del amor lo que rescata a las personas y Cat Power lo expresó así como así: “yo no estaría viva de no ser por su amor”. Muchos aplausos y mucho llanto, pero estaba sobre la mesa la delicadeza de su persona.
El encanto de un concierto como el de anoche fue que se prestó a la improvisación. En un show de Cat Power no pueden faltar clásicos del cancionero campirano que van desde oscuras gemas como “Old Detroit” y “Wolf Among Wolves” de Bonnie 'Prince' Billy, hasta clásicos de la talla de “Can I Get a Witness” de Marvin Gaye o “Naked If You Want To” de Moby Grape.
¿Qué tan lejos hemos llegado desde ese show del Ex-NAFINSA hasta el día de hoy? Cuando en ese entonces el ruido de las botellas de vidrio arruinaba la experiencia y ahora los cubeteros y las mismas personas sean las que te arrebatan la magia. Ahora con un hijo y sin un esposo, ¿qué tanto sobrevivirá Chan si abiertamente confiesa sobre el escenario que ya no confía en nadie y que a veces se siente como una esclava de un sistema invencible?
El show cerró con su versión de “Sea of Love” mientras arrojaba fragmentos de su setlist, flores, besos y un mensaje político implícito con cuatro dedos en una mano y tres en la otra. El show resultó ser una especie de intervención en la que Cat Power nos dejó ser parte de su vida y no queda más que desear que ojalá que el mar en que se ahogue la cantante sea de amor y encuentre la paz que tanto le hace falta.