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Con el objetivo de enriquecer la escena electrónica local, el equipo que dirige Boiler Room ha logrado recorrer el globo con esa premisa. Más de 50 ciudades han sido parte de sus fiestas transmitidas en tiempo real y esta ocasión tocó el turno de la Ciudad de México, punto clave para la vanguardia en la música underground.
Cuatro actos fueron considerados para presentarse en un spot ubicado en Lomas de Chapultepec que recibió a unos cuantos afortunados convidados a la música y a la barra libre de cerveza; la rigurosa lista no dio acceso a nadie más.
Daniel Acosta generó los primeros beats. Originario de Ciudad Juárez, fue muestra clara de los actos musicales de calidad ignorados en el país, Acosta puso a bailar a los invitados en un parpadeo. Ñaka Ñaka continuó las acciones. El programador noise sorprendió a los asistentes, que bailaban detrás de él con su estilo poco convencional. Las cámaras, que documentaban el evento y lo transmitían en tiempo real a través de BoilerRoom.tv, fueron testigo del sonido de Mundo Harsh, su más reciente producción.
La noche se fue consumiendo. A medida que los DJ desfilaban, el ambiente subía de intensidad. Para cuando tocó el turno de AAAA, la gente coreó el inicio de su set. Gritos de emoción y fuertes pasos de baile acompañaron al parisino basado en Ciudad Satélite. El DJ consentido en la escena electrónica underground capitalina preparó el ánimo para el último acto de la noche.
El plato fuerte llegó con Recondite. Soberbio, Lorenz Brunner comenzó su set, demostrando la talla de artista en la que se ha convertido. Presentando Iffy, su más reciente material, despidió una noche que nunca careció en ambiente o baile.
Boiler Room continuará su labor de llegar a los rincones más escondidos de la escena de música electrónica, Tenochtitlán quedará atrás. Más no quedará en el olvido la noche en que se festejó el mito y la tradición.