Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
No hay nada nuevo al decir que el heavy metal, salvo en contadas circunstancias, no es un género de gustos masivos. Y no hay nada de malo en ello, ya lo dijo Sam Dunn con gran estilo en A Headbangers Journey: los que estamos lo estamos haciendo bien y no te necesitamos.
Valga esta esta referencia para ejemplificar el sentimiento que navegó durante la noche de ayer por las paredes del Plaza Condesa: éramos pocos, pero estábamos los que teníamos que estar, y justó así lo reconoció un Andrés Giménez, visiblemente alegre, tras ver la reacción y respuesta inicial del público nacional a las primeras piezas interpretadas por De la Tierra.
“Somos uno” fue la encargada de abrir la noche, con esos riffs iniciales tan cercanos a una era perdida de Sepultura, pero con suficiente carácter e identidad para forjar la que sin duda es la mejor pieza del álbum debut de la banda. Tras ésta, “Maldita historia” sonó y el público respondió con una rueda de moshpit que comenzó a moldear la noche.
Tras tocar la versión del cover de “Policía” que Sepultura le hizo a la banda brasileña Titas a mediados de los noventa, llegó una de las canciones más coreadas: “San Asesino”, tras la cual el Sr. Flavio tomó los micrófonos para manifestar su apoyo con los familiares de los desaparecidos de la normal de Ayotizinapa. Todo bien, aunque a juzgar por la señal que Alex González (baterista) le hizo a Gímenez indicándole con los dedos el número 43, y después éste comunicándoselo al Sr. Flavio, este hecho se sintió más como una corrección política que como una verdadera y genuina solidaridad con los 43 hermanos desaparecidos.
La noche continuó y a lo largo de ella sonaron la gran mayoría de los tracks del álbum debut de De la Tierra, más un cover extra a “Señor Matanza” de Mano Negra, interpretada por un Sr. Flavio que, entrado en un éxtasis y emoción palpable, martillaba cada una de las 5 cuerdas de su bajo. Gran talento y desempeño el que tiene este señor, sin duda.
Es notable la experiencia que tienen estos cuatro señores: Kisser con una soltura magnífica detrás de las seis cuerdas, Sr. Flavio slappeando su bajo y bailando por todo el escenario; un Alex González dejando ver que en Maná está muy desaprovechado y Andrés Gímenez con una voz que encontró un perfecto balance entre los estribillos melódicos y los gritos guturales. Cada canción ejecutada se desmarcaba considerablemente del sonido mostrado en el álbum y en vivo exhibió una potencia y matiz distintos: bombos y bajos más graves y riffs más filosos y desgarradores.
La noche terminó y estoy seguro que en más de uno quedó insatisfecha la necesidad de escuchar algún cover a uno de los clásicos de Sepultura (o incluso de A.N.I.M.A.L.). Pero eso no importó, la sensación de haber presenciado un gran show de heavy metal quedó y permanecerá, aun cuando fuimos pocos los que estuvimos ahí.