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Quemasucabeza / 2014
Más allá del aspecto bailable y pegajoso de sus canciones, es la embriagante voz de Álvaro Solar la que te toma de la mano y te transporta a una sala de historias musicalizadas en donde hay momentos que bien pueden ser contemplados con los ojos cerrados.
Canciones como “En mis genes”, “Mi Familia” y el tema que le da nombre al disco, edifican coros pegajosos cuyas guitarras suaves se yuxtaponen con bajos que ayudan a galardonar el evidente talento consolidado en esta tercera placa. Son un poco más de cuarenta minutos de una experiencia agradable, recomendada para aquellos que buscan una luz de guía en sus sueños por la noche en compañía de unos audífonos.
Las luces se apagan y la banda oriunda de Santiago de Chile nos sugiere doce temas que viajan a través del indie pop, conducidos por relajantes acompañamientos de guitarras empalmados con efervescentes acordes de guitarra eléctrica.
El preámbulo lo da “Hospital Salvador”, tema que nos invita a remontarnos a tiempos menos complicados en constelaciones lejanas que tienen nombre y apellido. “En mis genes” y “Dientes Feos” se convierten en fondos irresistibles que marcan la clara influencia de bandas como Belle & Sebastian, Camera Obscura o ¿por qué no? Los Prisioneros. “Mi familia” denota un pop sofisticado, brillante y simple la cual se entremezcla con una actitud contemporánea que nos invita a nunca salir de nuestra fantasía.
Este álbum, titulado en honor al felino que engalana la portada, está meticulosamente planeado como un clásico del pop rock en español. Sus tonalidades y arreglos hacen que Protistas encuentre un peculiar modo para que la noche se convierta, de manera misteriosa y extraña, sumamente atrayente y tan luminosa como el día. Sin duda, una experiencia ambivalente y volátil que nos seduce,
Nefertiti no pierde la profundidad característica de las letras, pero va en una dirección distinta a la fórmula básica de las primeras canciones, cuyas atmósferas eran más bien cálidas y definidas en gran medida por la voz de Álvaro que, no podemos negar, evoca a tardes bonitas y conmueve en serio.