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El día trajo la Oscuridad
Martín De Salvo
Pablo Caramelo, Marta Lubos, Romina Paula
Domenica Films
Argentina, 2013
En su edición 2014, décimo tercera entrega, Macabro nos trae otra de vampiritas traviesas que resulta ser toda una revelación del cine argentino. El día trajo la oscuridad (2013), película ganadora del BAFICI 2013, dirigida por Martín Desalvo, autor de Las mantenidas sin sueños (2005), se nos revela como un sólido filme de suspenso y relatos subterráneos, surgidos desde los sueños.
La cinta nos adentra en los sueños de Virginia (Mora Recalde), mujer onírica que al dormir se visualiza en agitada persecución a manos de un ser extraño, entre los árboles de un bosque interminable. La joven vive en un pueblo de montaña en compañía de su padre, una mañana el viejo tiene que dejar la casa por un asunto urgente y chica se queda a cargo durante una semana. El mismo día, una extraña visitante arriba a su solitaria casona, se trata de su prima Anabel (Romina Paula), de nombre como sacado de algún poema de Poe.
Es de resaltar que una película tan modesta en cuanto a hechura logra generar, a partir del sonido experimental en frecuencias (a cargo de Federico Esquerro y Santiago Fumagalli), buenas actuaciones y algunos efectos especiales (casi mínimos), una atmósfera bastante tétrica y sugestiva. El minimalismo que Desalvo emplea para contar su El día trajo la oscuridad es de una inteligencia sorprendente pues logra de verdad conectar al espectador con el relato, jugando en el hueco entre lo realista y lo sobrenatural.
No tengo idea si el guión de Josefina Trotta contiene ya esa riqueza simbólica y ese tratamiento tan austero en torno a la figura del vampiro pero lo que sí es de subrayar es la excelente construcción de este monstruo emblemático en una locación tan maleable. En la película todo transcurre entre el bosque, un par de casas y una hermosa playa como sacada de alguna novela del Romanticismo alemán. El equilibrio entre el terror, el bosque, el mar, unos padres con gesto de pocos amigos (siempre serios) y la atracción erótica entre las protagonistas.
Dos lienzos dejan en la mente del espectador una huella interesante, el siniestro paralelismo entre el bosque nocturno y el rostro atractivo (un tanto andrógino) de la misteriosa Romina Paula. De igual modo esta película argentina pareciera otra versión de Carmilla la novela de Joseph Sheridan Le Fanu, como también lo es la película que inauguró el Macabro The Curse of Styria (2014), de Mauricio Chernovetzky, el vampirismo muerde duro en esta edición décimo tercera del adorable Macabro.