Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
El Teatro Juárez en el centro de Guanajuato capital se vistió nuevamente de gala para celebrar al país invitado del Festival Internacional de Cine Guanajuato, Polonia. Los organizadores del festival volvieron a cubrir la entrada del inmueble con la icónica alfombra roja por donde desfilaron artistas de origen polaco, autoridades de aquel país, tal como la embajadora en México Beata Wojna, y talento nacional como Ana Layevska, Tiaré Scanda y la productora Carla Estrada.
La ceremonia, a cargo de la bella Layevska, se sintió más como una celebración de la cálida relación entre México y Polonia, destacando algunos datos importantes de turismo, industria y pasajes memorables en la historia. Antes de dar inicio al plato fuerte de la noche, la proyección de Papusza de Joanna Kos-Krauze, se presentó un interesante concierto por parte de Zbigniew Paleta y su conjunto de música polaca. Originario de Polonia, Paleta ha residido en México la mayor parte de su vida, se ha destacado como violinista, colaborando con el Tri y otros artistas, y es el padre de las actrices Dominica y Ludwika.
Paleta y su banda electrizaron el interior del Teatro Juárez con vibrantes rolas de polka; se que en papel no se escucha muy emocionante, pero como dice el cliché: “tenías que estar ahí”. Paleta dirigía desde el violín en el centro del escenario a su grupo que incluía a un percusionista en la tarola con escobillas, a un virtuoso en el acordeón (instrumento de origen polaco) y otro en acordeón cromático, tres guitarras, contrabajista saltarín, un tipo en el oboe, en fin, “toda la banda”. Entre gritos y saltos, los músicos contagiaban al público con su desbordado placer al momento de tocar su música.
Finalmente llegó la presentación de Papusza, precedida por una breve reseña por parte de la directora del Instituto Polaco de Cultura, en representación de Joanna Kos-Kauz, quien no pudo asistir al evento. Junto con Krzysztof Krauze, Kos-Kauz retrata en su filme la difícil situación de las comunidades romaníes, también conocidos como gitanos; históricamente un pueblo sin su propia tierra. Filmada elegantemente en blanco y negro, se recuenta la historia de la poetiza gitana Bronislawa Wajs, en una trama llena de drama y deseos de superación.
A final de cuentas un evento de casi cuatro horas, los invitados del GIFF 2014 dejaron el Teatro Juárez exhaustos, pero inspirados, por la buena dosis de cultura polaca que recibieron esa noche.