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Rodrigo Amarante
Cavalo
Easy Sound
2014
Hagamos un ejercicio de imaginación. ¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza cuando escucha la palabra Brasil? Seguro tres cosas: fútbol, hombres y mujeres de belleza extraordinaria (la raza cósmica, según Vasconcelos) en una paradisíaca playa; todo lo anterior coronado por eso que aquí nos compete: la basta y deliciosa música que generan los brasileños, una larga tradición de grupos, cantautores, ejecutantes e intérpretes que han dejado patente un sonido carioca en el mundo.
Sin embargo, es este mismo bagaje el que suele resultar en una incomodidad para generaciones nuevas de músicos brasileños. ¿Qué tanto se puede hacer cuando en la historia musical de tu país existen monstruos como Joao Gilberto, Caetano Veloso, Astrud Gilberto, Elis Regina, Tom Zé, Os Mutantes y un largo etcétera? La respuesta está, como en los balones de fútbol, en el chanfle, en el efecto y en la forma en que hagas girar el balón.
A estas alturas, Rodrigo Amarante resulta lo que Neymar podría significar para el pambol: un talento que se ha curtido a lo largo de esta década hasta convertirse en un nuevo astro del ambiente musical. Miembro de la banda Los Hermanos, Amarante ha girado en esta cancha desde 1999 y lo mismo ha sido integrante de bandas como Little Joy (junto a Fabrizio Moretti, baterista de The Strokes), que prestado su voz en discos de Natalia Lafourcade y Devendra Banhart, así como instrumentista de artistas de la talla de Tom Zé y Gilberto Gil.
Con semejante historial, no queda más que lo evidente: estamos frente a uno de los nuevos astros de la música brasileira. Y la muestra es este hermoso y delicioso disco llamado Cavalo. Amarante lo mismo nos puede llevar por tranquilas y taciturnas melodías (“Irene”, “Mon Nom”, “Fall Asleep”, “I’m Ready”), un refrescante bossa nova (“Manau”), pop de alta manufactura (“Nada em Valao”, “O Cometa”) y hasta experimentos sonoros como la canción que da título a esta placa.
No se puede decir mucho acerca de este disco que es una experiencia bastante disfrutable. Estamos, sin lugar a dudas, ante uno de los mejores discos que saldrán este 2014 y que (se agradece) no ha sido creado en tierras sajonas. En Cavalo se siente un nuevo Brasil, uno que lo mismo tiene un pie en su nutrida historia cultural, mientras el otro avanza como un balón que gira sobre el césped hasta quedar convertido en una victoria.
Este disco es un gol al ángulo, una chilena perfectamente bien ejecutada, un drible majestuoso o una jugada que quita el aliento. Es el reflejo de lo que hacen los brasileños cuando gozan y viven de la manera que sólo ellos pueden: convertir todo lo que tocan en arte. Rodrigo Amarante juega ya en esa liga, la de los artistas vitales que corren por la cancha de las venas musicales de Brasil. Esos que hacen que la música jamás deje de rodar y rodar y rodar y…