21/Feb/2014
Phantogram
Voices
Republic Records
2014
Hace apenas unos días, Phantogram publicó su segunda producción de estudio titulada Voices. Después de varios EPs y un exitoso primer álbum, el dueto de Nueva York mantiene esa consistencia electrónica que nos ha mantenido cautivos en su mundo pop beat.
El viaje da inicio con “Nothing But Trouble”, segundo sencillo promocional del disco, cuya descarga gratuita les ganó nuevos seguidores por la potencia techno y los coros envolventes de la estrofa:“But listen to me, I’m nothing but trouble”. Por su parte, “Black Out Days” fue una de las canciones con mejor recibimiento del público durante la actual gira; incluida en el EP Phantogram, resalta por las vocales con gran fuerza de Sarah Barthel.
“Fall In Love” el primer sencillo oficial de Visions, es un resumen de los sonidos que a lo largo del álbum están presentes. El uso de sintetizadores, la aparición de violines y una mezcla de trip hop en conjunto resultan ser una pieza ideal para cualquier seguidor del dueto.
La cuarta pieza, “Never Going Home”, es engañosamente distinta. El protagonista es Joshua Carter y da como resultado uno de los temas con más fuerza del disco. La pasión que la voz emana y lo significativo de la letra son dignos de estar en cualquier soundtrack de alguna película de Sofía Coppola.
La fiesta vuelve con “The Day You Die” y “Howling At The Moon”. Este último tema, que pinta para ser un sencillo más de Visions, incluye uno de los coros más pasionales del álbum. Para la mitad del disco, específicamente en “Bad Dreams”, el eco de las guitarras de She Wants Revenge se hace presente por el uso romántico del synthpop.
La continuación del indie-pop no se hace esperar con “Bill Murray”, un título curioso para una canción que resulta ser tranquila, llena de efectos psicodélicos, aunada a “I Don’t Blame You”, con un sonido de ensueño que envuelven los sentidos en un viaje que bien logrado haciéndole honor al nombre de Visions.
“Celebrating Nothing”, otro de los temas que han promocionado en el tour, tiene ciertos tintes de nostalgia y reproches; es un track que le da la profundidad y la seriedad necesarias a Visions y abre de manera idónea el camino a la clausura de un viaje sin retorno que “My Only Friend” deja a su paso.
Con un sonido que denota un alto grado de madurez, Phantogram logra captar toda la pasión que la banda desprende y el atinado uso de los recursos electrónicos y los alucinantes sintetizadores.
Arts & Crafts / 2014
¿Cuál sería el resultado si ponemos en una licuadora a The National y Editors con una pizca de post punk y lo espolvoreamos con un poco de alegría? Pues tenemos a NO, banda originaria de Los Ángeles y que a mediados de febrero lanzó su álbum debut, El Prado.
Y es que a primera escucha, la voz de Bryan Hanan Carter nos hace pensar que en realidad estamos escuchando el proyecto alterno de Matt Berninger (vocalista de The National); sin embargo, si prestamos atención, podemos notar la diferencia. No sólo vocalmente, sino también en las letras y el sonido más brillante y optimista que aquel de la banda de Cincinatti.
Originarios de Echo Park, reconocido vecindario de Los Ángeles por tener entre sus residentes a Jason Pollock y Frank Zappa, estos chicos se formaron luego de que Carter conociera a Daniel Stentz (bajo) en un restaurante y comenzaran a compartir historias de desamor y admiración mutua por Leonard Cohen y Johnny Cash. Plantearon la idea de formar una banda y fue cuando llamaron a Reese Richardson, Ryan Lallier (ambos guitarristas), Simon Oscroft (teclados) y Michael Walker (batería).
Compuesto por 13 canciones, El Prado demuestra un sonido constante con ritmos que van desde el post-punk hasta el indie pop. Las guitarras y la batería son los instrumentos más presentes, acompañamiento perfecto para la voz melancólica de Carter que en cada track nos recuerda que no importa qué tan mal nos haya ido o qué tan solos nos sintamos, todo estará bien.
“Leave the Door Wide Open”, el primer sencillo, abre la producción y sirve como una declaración de lo que NO es: “We come together, we fall apart. We make some noise inside a room and call it art”. “Monday” tiene esa sensación un tanto fría del post-punk ochentero, pero que se ve disminuida por la alegría que tanto los teclados como la batería le ponen a la canción.
“The Long Haul”, una de las últimas canciones del álbum, tiene un sonido melancólico que incluso nos hace recordar algunas de las primeras canciones de Interpol. “There’s a Glow”, sexto track, tiene un sonido un poco más upbeat y, como su nombre lo indica, que le da un poco de luz en una atmósfera gris.
NO es una banda que no descubre el hilo negro. Con su sonido, nos es imposible no pensar en otras bandas pero a pesar de ello, El Prado (considerado uno de los lanzamientos más esperados de este año) se convierte en un disco que vale la pena escuchar una y otra vez.
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