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Jazzbook.3 - Héctor Infanzón

Jazzbook.3 - Héctor Infanzón

Editorial
Diego Figueroa @halofive

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Figueroa @halofive

17/Nov/2013

Froylán López Narváez, respetadísimo periodista musical, fue el encargado de apoderarse la ponencia previa a que el instrumento de cuerdas y percusión sonara para la quinta noche de Jazzbook en el centro de la ciudad. "Tuve la oportunidad de conocer a dos grandes del jazz, Dizzie (Gillespie) y Louie (Armstrong)..." comenta haciendo referencia a quienes comparan a Hector Infanzón con estos monstruos, haciendo también mención que aunque no es precisamente una opción compartida, es de reconocer que el capitalino sin duda es referencia en cuanto al género en nuestro país.

Infanzon

"Hay un debate en los orígenes del jazz en México" cosa que la borrosa memoria musical en nuestro país ha provocado y finalmente celebra la música como un elemento lleno de vitalidad, si entendemos que "la vitalidad es lo que le da movimiento a la vida", nos llena de alegría y regocijo, es por eso que le da gusto que disfrutemos del jazz de esa manera. Termina la introducción y el momento en que hombre, piano y espectador comulgan había llegado.

Una envolvente tristeza se refleja en los primeros acordes que construye Héctor, pero una vez más apelando a la versatilidad de éstos, poco a poco cambian e incluso suenan alegres, "Cuando". Escalas en tonalidades poco convencionales cuya sucesión e impresionante rítmica harían freír los cerebros de cualquiera que intentará comprenderlos, forman parte de lo bien que Infanzón entendió sus clases en Berklee, "Interlude de Buenas Noches", a pesar del nombre refleja más vitalidad que somnolencia.

En ocasiones la melancolía que produce el jazz se confunde o juega con la sensualidad dentro del cerebro del escucha. "Aquí Vivo" provocó que el público se acariciara cariñosamente ¡Ah! Llega posteriormente una rola cábula al estilo de la escuela del boogie, "esta pieza es de los años 30" presentó el pianista a una versión a la Infanzón de “Ain’t Misbehavin” de Fats Waller. Continúa una canción dedicada a aquel lugar donde tu alma encuentra paz y tranquilidad, un huapango jazzoso, "Rincón Brujo". Un sentimental tributo a uno de los grandes que se nos adelantó, "Iztaccihuatl" original de Eugenio Toussaint. Para cerrar el set de homenajes, "Medio Opus" de Benny Goodman provoca emoción y alegría en la audiencia, el puro bebop invade nuestro cuerpo.

Una de mis canciones favoritas será la que terminó con la velada de luna llena, una canción que viaja por la melancólica añoranza de aquellos lugares que ya no existen hacia el alegre recuerdo de lo bien que nos la pasamos ahí, "No Porque Me Acuerdo", danzón alternativo dedicado al zócalo... ¡Momento!, el público no quedó conforme y a pesar de que el presentador hizo lo posible por despedir la noche, el quórum con ser de jazz provoco que Infanzón saliera y dedicara de todo corazón, y con la luna sobre el Antiguo Palacio del Arzobispado, una improvisación que sació a la audiencia que aún tras las correspondientes despedidas, aún aplaudía de píe con una sonrisa.

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