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David Lynch
The Big Dream
2013
Esta época tiene figuras cuya buena reputación las banaliza; hagan lo que hagan, sean meros gestos, francas tomaduras de pelo o verdaderas obras maestras, contarán con la aprobación del público. Dicha aprobación constituye una injusticia que mancilla el trabajo del artista, queda opacado con el aplauso y no se puede apreciar en su totalidad su contribución. Tal es el caso de David Lynch, quien ahora, por si fuera poco, ha logrado ser más querido por su incursión a la música.
Muchos cineastas consideran a la musica parte sustancial de su trabajo, pero la relación entre las películas de Lynch y esta no se queda en buenos soundtracks. El mismo David Lynch no es un simple melómano de gustos impecables, pues llegó a involucrarse en la composición del score junto a Angelo Badalamenti. Entre ambos lograron que muchas escenas fueran inolvidables, aún cuando estas ya eran perturbadoras.
Por otro lado, Lynch ha estado involucrado en diversos proyectos musicales, como en la escritura de las letras, la producción y la dirección del elegante álbum Floating Into The Night, de Julee Cruise. También elaboró el concepto visual y participó como cantante en el ambicioso Dark Night Of The Soul, un disco colectivo al que no se le prestó mucha atención pese a sus tragedias y conflictos comerciales, y que, sin lugar a dudas, es legendario.
Dejando en otro sitio el disco BlueBob hecho en colaboración con John Neff, desde el 2011 Lynch se presenta como músico. Continúa trabajando con iconos que le garantizan sencillos a sus discos, pero él es quien firma Crazy Clown Time y su placa más reciente, The Big Dream.
¿Cómo es David Lynch como músico? Podemos afirmar que resulta abrumadora su capacidad para enfrentarse a distintas disciplinas, no por nada se ha ganado el mote de “Hombre del Renacimiento”, pero la música no es de sus facetas más sorprendentes, aunque ello no quiere decir que sea fallida.
The Big Dream es un disco agresivo, con precisos y eróticos arreglos electrónicos, blues que se convierte en densas atmósferas y guitarras en la más pura tradición del rock de bar. En la canción homónima que abre el disco escuchamos la inquietante y aguda voz de Lynch cantar algo que no se sabe si es sobre el amor o las pesadillas, mientras que la nostálgica "Cold Wind Blown” es mucho mejor a “I’m Waiting Here”, protagonizada por Lykke Li. En manos de Bob Dylan, “The Ballad of Hollis Brown” es una canción de protesta, y en The Big Dream se vuelve un cuento hilarante y violento, típicamente lyncheano.
The Big Dream cumple con lo que un buen disco debe tener, pero será inevitable que se escuche poco y se alabe en exceso.