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Tal y como un ave fénix, Linkin Park, resurgió de sus cenizas. Después de una tragedia irreparable y, lo que parecía su final inminente, la banda decidió continuar y además crear nueva música. Para empezar su gira mundial la CDMX fue testigo de esta faceta y también fue un viaje de nostalgia para los “viejóvenes” que conocieron al sexteto a través de MTV.
El inicio del nuevo milenio tuvo como protagonista al nu metal porque fue la voz de una generación que estaba enojada aunque no sabía de qué. La etiqueta Parental Advisory Explícit Content no sirvió de advertencia sino que era un aliciente para comprar un disco y hacer famosos a los grupos.
Fue en este contexto que surgió un conjunto que logró una exitosa fórmula al mezclar rock con rimas y bases electrónicas. En su momento fue uno de los máximos representantes del llamado nu metal y durante casi dos décadas tuvo un frenético viaje que culminó con el inesperado fallecimiento de Chester Bennington.
Después de siete años, Linkin Park, sorprendió con su octavo disco de estudio y la incorporación de Emily Armstrong (voz) y Colin Brittain (batería) como nuevos integrantes. Y, lo más importante, es que esta faceta aterrizó en la Ciudad de México para mostrar tanto su trabajo reciente como algunos clásicos modernos.
Para una fecha tan especial se necesita a invitados de alto calibre y en este caso la banda abridora fue AFI. El combo californiano que tuvo un breve auge hace poco más de dos décadas se mantiene de pie. Aunque las arrugas y la alopecia son evidentes, en términos musicales el combo se mantiene en buena forma.
Lo normal para la mayoría de los grupos es dejar sus canciones más emblemáticas para el final pero en este caso fue exactamente lo contrario. El cuarteto abrió su presentación con “Girl’s Not Grey” y la creciente cantidad de público que acudió con puntualidad al llamado respondió con euforia. La popular composición fue suficiente para calentar la gélida noche.
Su concierto fue breve pero cumplidor y con un audio que se escuchó claro aunque un poco más de volumen no hubiera estado mal. De cualquier forma, la parte espectacular apenas estaba por empezar.
Como una ironía de la vida, en los altavoces se escuchó completa y a máxima potencia “Waiting Room” de Fugazi como un aviso de que la espera había terminado. En cuanto terminó la canción aparecieron los seis integrantes de Linkin Park sobre la tarima. El gesto seguramente no será del agrado de Ian MacKaye quien odia al rock corporativo y los conciertos con boletos a precios excesivos.
A partir de ese momento empezó un viaje a través del tiempo para explorar tanto el pasado como el presente. Los nostálgicos cantaron con entusiasmo “Somewhere I Belong” y “Crawling” para recordar la primera etapa de la banda. Lo más sorprendente es que ambas piezas ya tienen más de 20 años pero se mantienen como himnos para todos los que crecieron cuando no existía Spotify.
En esta nueva faceta Mike Shinoda es el líder absoluto del sexteto porque se movió por todo el escenario. Además tomó el micrófono para interactuar con el público y mostrar su felicidad de regresar a México. Al mismo tiempo, Emily también habló sobre el reto que representa unirse a una de las bandas más populares del mundo.
Las expectativas acerca de su rendimiento eran muchas y, en términos generales, salió bien librada. En ningún momento trató de suplir las capacidades vocales de Chester porque lo que hizo fue dotar a las piezas clásicas de una nueva identidad.
Para los fanáticos de antaño fue una noche dorada porque se escucharon varios tema del Hybrid Theory que hicieron sacudir las bocinas. Desde la rabia nauseabunda de “One Step Closer” hasta la melancolía de “In The End” con el emblemático teclado de Joe Hahn.
Y para los que prefieren la faceta más reciente también hubo una generosa ración de piezas del nuevo álbum de Linkin Park. Las que tuvieron mejor recepción fueron los sencillos “The Emptiness Machine” y “Heavy Is the Crown” que apuntan a convertirse en las próximas favoritas del público. Y algo todavía más especial es que la banda por primera vez interpretó “Overflow” con las características rimas de Shinoda.
La vida siempre ofrece revanchas y el combo californiano va por su nueva oportunidad de triunfar. Estuvo muy cerca de desaparecer pero ahora no sólo está de regreso para interpretar sus viejos clásicos sino que además tiene música nueva con la que busca aumentar su lista de fanáticos. Después de ver en vivo esta nueva etapa queda claro que muy probablemente lo van a lograr.