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Una voz peculiar emerge desde el norte del país para comerse al mundo y llenar de música endulzante con su neo trova cada rincón del universo. Víctor Rosas, mejor conocido como Rosas es un deslumbrante cantautor, músico y actor sinaloense, actualmente radicando con sus melodías en la caótica Ciudad de México.
Después de debutar con su reciente álbum Santo o Remedio en Argentina, su asombroso sonido continúa su recorrido experimental cargado de elementos folklóricos, trip hop y neo bossa. Este disco representa su lado más dinámico y versátil dentro de un performance tan liberador como emocional, una ventana al espacio íntimo de Rosas.
Con su estilo auténtico, que lo caracteriza, y su alegría por compartir su proceso creativo, Rosas comenzó hablando sobre cómo la electrónica estuvo muy presente en su trabajo, como algo nuevo donde trabajó la producción desde cero, explorando diferentes bases con beats electrónicos experimentales.
Solo hay una canción, 'Tiempo al tiempo', que es el corazón del álbum. Las siguientes canciones navegan entre el trip hop, techno y r&b, con guiños (de como Rosas lo bautiza) hiper pop; lo considero un disco muy experimental”.
El crecimiento artístico conlleva también el desenlace de las experiencias personales y los aprendizajes del camino. “Al final, estoy buscando mi propio sonido en otros géneros. Personalmente, considero que salir de mi zona de confort es una transformación, buscar mi estilo dentro del proyecto y explorar otros caminos, manteniendo mi esencia a través de mi manera de cantar y escribir, pero abriéndome a nuevos paisajes sonoros. Y es en los interludes donde quise evocar al mar y a la naturaleza, vestidos de instrumentos folk. Esa parte no es una despedida de la neo trova, ya que esa es mi base, pero sí busco partir de ahí hacia una audaz evolución, adentrarme más a una onda urbana, liberar una parte más aventurera y juguetona de la música”, añadió.
Lejos de casa, con las maletas colmadas de ilusiones y sueños, de nuevos caminos por descubrir, las letras de Rosas nos llevan por este navegar nostálgico. “Hace más de 10 años salí de Culiacán, oscilando entre Tijuana y Guadalajara. Mi imaginario tiene mucho que ver con el contexto del norte, la frontera e incluso la narcocultura. Siento que, cuando llegué a vivir a Guadalajara, conocí más el centro del país. Este encuentro con el México no norteño ha sido parte del proceso de Rosas, de crecimiento, con nuevos escenarios presentándose ante mí, con grandes edificios y centros históricos gigantescos. 'Templos', tiene mucho que ver con esto, con mi ciudad nueva, comparada con otras del centro de la República. Me encontré con ese México surreal, con mucha más historia. El humor cambia mucho; allá somos bien atrabancados. Acá, a pesar del caos, el humor y la calidez de la gente de CDMX son diferentes. Evidentemente, ha influido en mi forma de ver las cosas y de escribir”.
La identidad mexicana en el proyecto de Rosas, reflejada en su pluralidad, va más allá de ser representada solo por su apellido. Esta palabra le dio a Víctor una identidad de compañerismo; ya no se encontraba solo junto a su guitarra, sino que ahora se representaba con la idea de Rosas como una figura poética, otorgándole al proyecto un carácter muy mexa, resultado de la amalgama de los dos mundos, que sin duda están relacionados con su imaginario.
Este juego de identidades y contrastes no solo se refleja en su música, sino también en su proceso creativo y en la forma en que plasma sus pensamientos y emociones en las letras. Para Rosas, escribir es una manera de navegar entre lo personal y lo colectivo, de explorar su entorno y sus raíces mientras se abre a nuevas influencias. Al hablar sobre cómo construye sus letras, revela la importancia de captar momentos fugaces y convertirlos en historias cargadas de simbolismo, invitando al oyente a un viaje introspectivo lleno de imágenes evocadoras.
“Para mí, la importancia y el peso del proyecto radican en las letras y en lo que estoy expresando. Es crucial para mí dejar un mensaje, sensibilizar, a través de la música. Eso es lo que me gustaría que las personas se llevaran de Santo o Remedio: que se queden pensando, que se cuestionen y se emocionen. Ahora que estoy explorando diferentes géneros, siento que continúa siendo un proyecto melancólico, con esa intención de mirar hacia adentro, de crear música para sentir y sensibilizar”.
La música tiene una perdurabilidad infinita, y Rosas la eleva al convertir sus emociones en algo eterno a través de cada track de Santo o Remedio. Estas canciones, que pronto se enriquecerán con la colaboración de músicos en el proceso de ensamble, llegarán a escenarios en ciudades cautivas como Colima, Tijuana, Guadalajara y la CDMX.
Queremos que las fechas sean una oportunidad para que el público disfrute tanto de las canciones del nuevo álbum como de las clásicas de Rosas, con un guiño a las más esenciales del pasado, como 'Aguacero'", confirmó.
Mientras trabaja en un nuevo EP, la visión de Víctor es llevar su música a otras ciudades cercanas, a nuevos escenarios, manteniendo la esencia de sus presentaciones en vivo, que siempre ofrecen algo nuevo. “En el escenario todo cambia, porque las canciones se graban y luego se redescubren. Me gusta improvisar y hacer algo más performático”, comentó anticipando con emoción su próximo encuentro con el público en un tour posiblemente llamado Los Remedios.
En cada paso de su trayectoria, Rosas se ha sumergido en un proceso de autodescubrimiento y evolución musical que refleja la riqueza de su historia personal y cultural. Su música, cargada de sentimientos profundos y sonidos experimentales, no solo nos invita a escuchar, sino a sentir, a cuestionarnos y a conectar con lo que nos rodea. A través de su proyecto, ha logrado transformar sus vivencias en algo universal, tocando la fibra de aquellos que se atreven a acompañarlo en este viaje sonoro. Con la mirada puesta en el futuro, sigue explorando nuevos horizontes, siempre fiel a su esencia, pero abierto a las infinitas posibilidades que la música ofrece para sanar, inspirar y transformar.