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Entrevista con Slowdive

Entrevista con Slowdive

03/Dic/2024

Un último respiro antes de que el sol nos alcance.

La ciudad de Reading, Inglaterra, daría lugar en 1989 a la que se convertiría en una de las bandas más influyentes de la década siguiente. Conformada por Rachel Goswell (voz y guitarra), Neil Halstead (voz y guitarra), Christian Savill (guitarra), Nick Chaplin (bajo) y Simon Scott (batería), Slowdive se destacaría por el uso de atmósferas etéreas, capas de guitarra y el carácter introspectivo en cada uno de sus letras. Elementos que resonarán con la escena alternativa de los años 90 a lo largo de Just For a Day (1991), el ampliamente aclamado Souvlaki (1993) y Pygmalion (1995).

Tras el lanzamiento de Pygmalion, la banda entraría en periodo de hiatus hasta una sorpresiva reunión a 25 años de su fundación. El regreso de los ingleses estaría acompañado por el lanzamiento de álbum homónimo (2017) que reflejaba la madurez, sónica y personal, a la que habían llegado los integrantes desde sus inicios entre etiquetas de alt rock y dreamgaze.

En septiembre del año pasado, el proyecto compartía Everything Is Alive (2023) bajo el sello Dead Oceans. El disco, dedicado a la memoria de la madre de Goswell y el padre de Scott, marcaba la vigencia de la agrupación entre el público y prensa especializada. Remarcando su papel como referentes de la sónica contemporánea.

La siguiente entrevista fue realizada momentos antes de su presentación como headliners del festival Hipnosis 2024, ofreciendo un respiro bajo escenario a la vocalista y recordándonos el carácter profundamente humano de los sonidos que nos atraviesan.

“Para nosotros, hacer música es lo más natural del mundo. Mientras nos haga sentir bien y la música se sienta igual, seguiremos haciéndolo; se siente como estar en casa”, confesó Goswell con una sonrisa cálida. Es esta misma apertura sensible la que ha mantenido vigente a la agrupación por más de tres décadas alrededor del mundo. “Creo que estamos en una posición muy privilegiada ¿Sabes? Poder viajar por el globo y ganarnos la vida haciendo lo que nos apasiona, es un sueño. Si no encontráramos cierta alegría en todo esto, créeme que no estaríamos aquí, especialmente a nuestra edad”.

Para la frontwoman, cada etapa de la vida trae consigo una perspectiva distinta, pero también una urgencia. “A medida que avanzas en la vida, te das cuenta de muchas cosas. Cuanto más envejeces, menos tolerante eres con las cosas que no te gustan. Porque, ya sabes, la vida es corta, cada vez más corta. Ninguno de nosotros sabe cuándo llegará el final, pero se mantiene como una realidad latente. Por eso es importante encontrar aquello que te mueve y experimentarlo tanto como sea posible. La vida se trata de eso: buscar las cosas que te importan y aferrarte a ellas para poder seguir adelante”.

Y dado que pensar en la vida es, al mismo tiempo, pensar en la muerte, lo difícil es hacer que ese contraste no se convierta en una ansiedad constante por el mañana. Preocupación resulta a filo de experiencia desde la trinchera personal de la artista.  “No temo morir. Estuve ahí, hace cuatro años, cuando mi madre falleció. Es la pérdida más grande que he experimentado, aún resiento su ausencia. Pero pasar por todo ello y seguir me hizo perder todo temor a la muerte. Lo pienso como algo inevitable, natural, a todos nos llega. Tengo amigos que pasan sus días aterrados de ese final, al verlos pienso: 'No vivas tu vida pensando en algo que no puedes controlar'”.

Aunque el duelo no se desvanece, encontramos maneras de coexistir con él. Porque el vacío es el vacío, pero cada día que pasa puede llenarle de significado. “Nada te prepara para una pérdida de esa magnitud, nada te prepara para eso. Pero, de alguna manera, sigues adelante, sobrevives, pero quedas marcado para siempre. Llevo a mi madre tejida entre mis huesos, en mi ADN; es parte de mí. Todavía hablo con ella todos los días, aunque ya no esté físicamente aquí. A veces, incluso tengo pequeñas conversaciones con ella. Es como parte del proceso de duelo, uno lleno de altibajos aún después de todos estos años. El duelo también se queda contigo”, puntualizaba Goswell.

Slowdive se presentaría en México durante la celebración de Día de Muertos, tradición que ha logrado permear la mirada artística de la vocalista en un giro simbólico más que apropiado. “Este día es una de las cosas que amo de México. La idea de celebrar a las personas que hemos perdido es realmente hermosa. Me parece una forma muy positiva de honrar a quienes han partido. Descubrí esta tradición hace unos 15 años, por casualidad y me impactó. Me pareció algo hermoso. Amo México desde hace mucho tiempo y me hace muy feliz estar aquí hoy, es como un sueño hecho realidad”.

Hacia el final de la entrevista, la conversación se orientó hacia el papel de la música en días como ese, donde la idea parece rebasar cualquier límite humano: la muerte de un ser querido, el duelo previo y posterior, lo complicado de las relaciones, el cómo, cuándo, dónde y porqué vivir. Goswell y compañía parecen tomar la alternativa de lo plural. “He encontrado mucho significado en la música, en una infinidad de maneras. Hay música para encontrar consuelo, música para la alegría, música para el amor. Creo que nuestra música puede ser un poco de todo. Es muy emocional; algunas canciones son felices, como 'When the Sun Hits', otras son más bien tristes, algunas parecen caer justo en medio”.

Así, entre luces frías, layers de guitarras y una de las conversaciones más bellas que he tenido con cualquier artista, Slowdive se reafirma como ese espacio liminal en el que desaparecer y tomar un gran respiro del mundo.

Mantente pendiente de Indie Rocks! para más detalles.

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