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A estas alturas de la vida, donde la tecnología y la lucha por recursos naturales imperan, olvidamos ver la cosas a través de un ojo inocente, dejando de lado los sueños. Pacha es una película realizada por el mexicano Héctor Ferreiro que reanuda esta temática, creando analogías visuales y sonoras con paisajes hermosos y poesía en lenguas prehispánicas.
La historia gira alrededor de Tito, un niño de la calle que trabaja lustrando zapatos en La Paz, Bolivia. En algún momento, mientras duerme, le quitan un zapato y después, cuando jugaba en la plaza, le roban su caja de herramientas. La tristeza y el cansancio de buscar aquellos objetos provoca que Tito se quede dormido, y a través de sus sueños, conozca una mujer que lo lleva a los paisajes naturales más bellos con la intención de mostrarle, en versos de lengua aymara, sus raíces y algunas respuestas sobre la vida, la tierra y la muerte; pero la realidad provoca que el niño despierte casi siempre de manera abrupta y se vea en medio de los conflictos sociales que sucedieron en Bolivia en octubre de 2003.
En ningún momento los paisajes se ven alterados, los colores obedecen a la naturaleza que trata de mostrar el film incluso en los espacios urbanos. Cada toma está bien pensada, posee detalles esenciales y sutiles, desde flores y animales, hasta mensajes de consciencia social. Los movimientos que usa el director también tienen un significado, a veces se sitúan abiertos y generales, como un espectador que aprecia desde afuera, para después convertirse en los ojos del protagonista o presentarnos la perspectiva del mismo paisaje; cambiando los ritmos al momento adecuado.
El sonido siempre es bastante atinado; en sueños pareciera que existe una especie de vacío, manteniendo un eco en la voz del niño, mientras que la mujer se escucha mística, con susurros, marcando un contraste con la aturdidora realidad. Además de las voces, también se pueden sentir los ruidos de la ciudad y las protestas, finalmente la música logra transportarte a un lugar antiguo.
Otra cosa a destacar es el impecable trabajo de edición, pues los cambios entre la realidad y ficción son tan bien logrados que brindan la posibilidad de imaginar cosas imposibles.
Para la razón, puede ser un filme retador debido al nivel de simbología que maneja, pero lo recomendable es dejarse llevar; las reflexiones irán llegando poco a poco
Pacha se estará exhibiendo en Cine Tonalá, así que aprovecha y mientras, te dejamos el trailer: