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El festival de música Pitchfork en la Ciudad de México brindó una experiencia electrizante que dejó a los asistentes llenos de emoción. En su primer día pudimos vibrar con los shows de JPEGMAFIA, Billy Woods, Armand Hammer y Los Alan Anaya, una mezcla de talentos para aquellos fanáticos de las rimas y los ritmos urbanos experimentales.
Para ir calentando motores, Los Alan Anaya brindó un set donde mezcló canciones populares del hip hop con beats bailables, buscando coordinar los gritos del público para encender el apagado ambiente que vivíamos en ese momento.
Más tarde, la actuación de Armand Hammer fue nada menos que fascinante, con Elucid y Billy Woods entregando versos apasionantes sobre ritmos experimentales. Su química en el escenario fue innegable, creando una experiencia inmersiva que dejó al público con ganas de más. Por su parte, Billy Woods llevó su estilo único de hip hop de vanguardia al escenario, cautivando al público con sus intrincados juegos de palabras y su narración introspectiva.
La dinámica actuación de JPEGMAFIA fue lo más destacado de la noche, combinando una intensa energía con letras que invitan a la reflexión. Su presencia en el escenario era magnética y captaba la atención del público de principio a fin, mismo que durante toda la noche se entregó al intenso moshpit, donde gente entraba y salía constantemente de entre la multitud y hasta algunas personas llegaron a volar sobre nuestras cabezas.
Ya sea por los nervios, la emoción de tocar por primera vez en México o simplemente por alguna mala broma de la mente, JPEGMAFIA tuvo algunas imprecisiones en su set, como olvidar la letra de “Free The Frail” o perder la pista musical entre su catálogo de melodías, cosa que no le impidió cantar una versión a capela de “Call me Maybe”. El set se compuso en su mayoría por aquellas colaboraciones con Danny Brown, cerrando con covers de “FUK SUMN” y “PAID” del más reciente álbum de ¥$.
Algo a destacar es la maravillosa potencia y calidad del audio, que hizo vibrar nuestro pecho con el impacto de los bajos, mientras los parlantes retumbaban sin perder la ecualización de cada elemento reproducido. Los dinámicos visuales crearon ambientes inmersivos que acompañaron la experiencia en escena, erizando nuestra piel y amplificando la euforia. Esperamos con ansias experimentar los siguientes shows de este prometedor festival que ha empezado a escribir su historia con tinta de oro.