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Uno de los temas en boga durante el 2023 ha sido los beneficios y potenciales riesgos de la inteligencia artificial, cuyas opiniones son divididas: hay quienes la defienden a capa y espada debido a que representa un importantísimo avance tecnológico, capaz de facilitar múltiples tareas, mientras que otros le temen al grado de considerarla un riesgo para la raza humana.
Hablando específicamente de la industria musical, la inteligencia artificial ha comenzado a marcar un parteaguas en cómo se crea, se produce, se distribuye y se consume música, posicionándose al centro de una revolución no solamente creativa, sino también empresarial y económica.
En el lado positivo tenemos ejemplos como “Now and Then”, el último tema de The Beatles, que gracias a la IA y al trabajo de Peter Jackson pudo ver la luz casi 50 años después de que fue compuesta por John Lennon, mientras que por el lado negativo tenemos el berrinche de Bad Bunny en contra de una canción creada artificialmente.
Por el lado humorístico tenemos joyas del mundo posmoderno, como Valentín Elizalde cantando el opening de Evangelion en español o Gokú interpretando “Un Millón de Primaveras” de Vicente Fernández.
Actualmente, herramientas basadas en IA, como algoritmos de aprendizaje automático y redes neuronales, son utilizadas para componer música, crear letras y hasta generar composiciones completas. Esto permite que personas sin formación musical tradicional también puedan participar de la creación de música. Increíble, ¿no?
Otro de los beneficios más notables de la IA es la eficiencia en la producción, ya que es capaz de analizar grandes cantidades de datos para predecir tendencias, identificar gustos del público y personalizar recomendaciones. Esto ayuda a productores y sellos discográficos a tomar decisiones más informadas.
De igual manera, las grandes disqueras pueden utilizar sistemas de IA para descubrir talentos, analizando plataformas de streaming y redes sociales para predecir quiénes tienen potencial, de revolucionar las campañas de marketing al personalizarlas y dirigirlas a audiencias específicas.
Es importante tomar en cuenta que la inteligencia artificial también está cambiando el rol de los músicos y artistas, impulsándolos a convertirse en curadores y editores no solo de música, sino de imágenes, animaciones y otras expresiones audiovisuales. Para muestra un botón: el video de Los Viejos para su canción “Kalimba Muere por Chemo”.
Pero no todo es color de rosa, el uso de IA plantea desafíos significativos para los artistas. Mientras que algunos ven en ella una herramienta que potencia su creatividad, otros temen que pueda incluso reemplazar a los humanos.
Existe la preocupación de que el uso de IA pueda llevar a una homogeneización y falta de originalidad de la música al seguir fórmulas predecibles basadas en algoritmos, lo que además podría significar competencia desleal si es que se convierte en un producto comercialmente viable.
Otro de los temores es la disminución en la práctica de habilidades musicales, impactando en la educación y el desarrollo de las personas. Además de que también existe el riesgo de sesgos en los algoritmos que podrían reflejar estilos, géneros o culturas dominantes, marginando la diversidad musical y cultural.
La música creada con IA también plantea preguntas complejas sobre los derechos de autor y quién es el propietario legal de la música generada por esta tecnología, trayendo consigo preocupaciones sobre la privacidad y el uso ético de datos, especialmente cuando se trata de información recopilada de artistas y consumidores.
Con la capacidad que tiene para generar música rápidamente y en grandes cantidades, con el uso de inteligencia artificial se corre el riesgo de que se desvalorice el trabajo y la habilidad artística necesarios para crear música ,llevando a una mayor automatización en la industria que afectaría no solo a los artistas, sino también a productores, ingenieros de sonido y técnicos.
También existe el riesgo de que los artistas se vuelvan dependientes de ella, limitando su propio desarrollo creativo y habilidades musicales. O, por el contrario, que sientan la presión de adaptarse y aprender nuevas tecnologías para seguir siendo relevantes.
En otras industrias, como el cine, el uso de inteligencia artificial ha generado controversia. Incluso fue una de las causas de la huelga de escritores en Hollywood y también un tema importante en la huelga de actores, puesto que algunas productoras están comenzando implementar esta tecnología para suplir la contratación de extras.
Algunos miembros del sindicato de escritores denominaron a la IA como “máquinas de plagio”, expresando su preocupación por que los estudios pudieran entrenar los algoritmos con guiones ya existentes para crear trabajos con una estructura y estilo similares.
No hay duda de que el desarrollo y perfeccionamiento de esta tecnología está trayendo consigo buenos resultados en diferentes sectores. De acuerdo con la consultora McKinsey en su estudio The State of AI in 2023, diversas organizaciones están adoptando herramientas de IA a un ritmo más rápido.
En muchas de estas empresas se han contratado con mayor frecuencia ingenieros de datos, ingenieros de inteligencia artificial y científicos de datos de IA, aunque, de igual manera, se prevén algunos efectos secundarios como recortes de personal en otras áreas.