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Paul McCartney es sinónimo de brillantez musical en toda su expresión, destacando como una de las figuras más icónicas en la historia del rock. Anoche fuimos testigos del primero de dos conciertos que dará en el Foro Sol, siendo esta primera fecha agotada en su totalidad por varias generaciones de fanáticas y fanáticos de todas las edades, que con mucha emoción esperábamos su regreso desde hace ya varios años.
Desde el momento en el que apareció sobre el escenario, las miles de almas reunidas se desgarraron en gritos y aplausos, cosa que parece encantarle al músico Inglés, pues además de agradecer constantemente a su público, le invitaba en repetidas ocasiones a imitar sus simpáticos gritos.
Ya sea tocando el bajo, su colorida guitarra o su magnífico piano, Paul hace gala de su talento en todo momento, a su vez, gran parte del espectáculo se debe a lo bien que le acompaña su banda, cuya extensión y perfecta sincronización deleitó nuestros oídos por poco más de dos horas y media, en la que la buena ecualización y la gran ejecución fueron las constantes.
El miembro fundador de The Beatles sigue contando con ese encanto, energía y potencia vocal que le llevó a la fama en la década de los años 60, pues su concierto fue un viaje mágico a lo largo de su magnífica carrera, mezclando sus temas como solista así como los clásicos de Wings, destacando naturalmente todos los temas de The Beatles. Vaya legado musical.
Hablemos del material visual. Previo al inicio del show, las pantallas mostraron un lento ascenso por lo que pareciera ser un colorido edificio lleno de collages con imágenes del cuarteto de Liverpool, mientras que a la vez escuchábamos los clásicos de The Beatles que desafortunadamente se quedaron fuera del setlist, siendo este alimento puro a las ansias por verlo en acción. Más adelante, pudimos apreciar las animaciones que lanzaron en el videojuegojuego de The Beatles: Rockband mientras “Got to Get You Into My Life” era interpretada, así como el videoclip de “My Valentine” donde Natalie Portman y Johnny Depp son los protagonistas.
“Blackbird” fue interpretada sobre una pantalla enorme en la que se proyectó un ave nocturna retroiluminada por la luna. Coloridos láseres y diseños florales lucieron en cada tema del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, uno de los álbumes que revolucionaron la industria musical, dándole ese toque psicodélico al concierto.
Paul hizo su mejor esfuerzo a lo largo de la noche por hablar en español, haciendo una pausa para dedicar “Something” a George Harrison, a la par que imágenes donde ambos convivían y reían eran proyectadas en las pantallas, causando lágrimas nostálgicas entre el público.
“Get Back” ha sido uno de los temas insignia en la discografía de The Beatles, por lo que era de suponerse sería uno de los temas más coreados en esta noche, siendo dulcemente aderezado por varios clips de su documental que porta el mismo nombre.
La producción fue sobresaliente durante “Live and Let Die” donde múltiples lanzallamas, ráfagas de humo color rojo y pirotecnia fueron desatados, causando la euforia del público. Finalmente, todas las gargantas se unieron durante el icónico coro de “Hey Jude”, erizando nuestra piel.
Luego de una pausa, Paul y su banda regresaron al escenario para finalizar el concierto, reanudando el show con “I’ve Got A Feeling” y dedicando “Birthday” a aquellas personas que se encontraban festejando su cumpleaños.
“Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band” nos puso a todos a bailar y aceleramos nuestro corazón al ritmo de “Helter Skelter”. El cierre imitó el mítico cierre que tiene el Abbey Road, con “Golden Slumbers”, “Carry That Weight” y “The End”, con la promesa de Paul de que pronto volverá a nuestro país para llenarnos de emociones inolvidables y seguir cautivando a las nuevas generaciones con su invaluable música.