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La variedad se ha convertido en una característica de los festivales musicales para atraer una mayor cantidad de público. El caso más reciente se puede apreciar con la iniciativa bautizada como Indie España. Fueron reunidas cuatro bandas completamente diferentes entre sí y que sólo tienen en común que proceden del mismo país.
El Frontón México fue la sede de esta primera reunión que podría convertirse en un evento anual para impulsar a las bandas ibéricas en la tierra del mariachi. Mientras la tarde todavía era joven y los últimos rayos solares se fundían con la inminente oscuridad aparecieron Los Punsetes sobre el escenario. De forma directa empezó su recital para sacudir los huesos.
Si algo distingue al quinteto es el estilo mortuorio de Ariadna y en esta ocasión no fue la excepción. Desde un inicio se coloca en medio de la tarima y ahí permanece estoica con la actitud de una momia egipcia. Su inexpresividad no es un defecto sino un rasgo que ha impuesto y hoy la distingue del resto de grupos que adoptan poses forzadas.
Pero aunque la cantante parece no tener vida, las notas que salen de los instrumentos de sus compañeros son la gasolina que provoca los primeros movimientos telúricos entre el público. En un festival el mayor enemigo siempre es el tiempo porque es reducido para cada grupo y por eso se debe aprovechar al máximo.
Con una discografía tan extensa es complicado interpretar todas las piezas que los fanáticos quieren escuchar pero el combo originario de Madrid hizo un repaso por todo su pasado. Dentro de las más ovacionadas estuvieron “¡Viva!” y “Una Persona Sospechosa” con sus letras llenas de honestidad.
Después de la frialdad llegó el momento de la calidez con las canciones de amor adolescente de Los Fresones Rebeldes. La recepción del público mexicano hacia el grupo de Barcelona jamás es menor porque en ocasiones parece que la banda es más popular aquí que en su propio país natal.
En este caso Ana y Felipe son los integrantes de mayor experiencia y son los encargados de ofrecer mensajes al público entre cada canción. Su entusiasmo es contagioso al igual del ritmo de sus temas que hacen olvidar por completo las guerras y todo los problemas que aquejan al mundo. Durante su presentación de poco menos de una hora todo fue felicidad y bailar a ritmo ye-yé sin control.
La discografía de los barceloneses no es muy abundante pero cada uno de sus temas es atemporal porque se niega a envejecer. Desde “Esa Chispa” hasta “Algo Hay” provocaron el júbilo entre los miles que acudieron a esta primera edición de Indie España.
Por su parte, para aprovechar el vuelo tan largo desde el otro lado del Atlántico el quinteto ofreció una sorpresa que nadie veía venir. Se trató de “Suena El Teléfono” de Cola Jet Set, el proyecto paralelo de Los Fresones Rebeldes aunque en esencia el sonido es bastante similar. Nadie canta con tanta dulzura como el combo surgido en 1995.
Más allá de las rarezas es natural que gran parte del público acudió para escuchar los clásicos y todos salieron complacidos al poder cantar a todo pulmón “Medio Drogados” y “Al Amanecer”. Las dos piezas ya son parte de los himnos de la música ibérica y su impacto es tan grande que incluso las personas que no habían nacido cuando fueron compuestas se saben la letra de cada una.
Sin dejar decaer la efusividad llegó el momento de los sonidos electrónicos con Dorian. El combo es uno de los mayores exponentes de la música española actual. Su relativa juventud no ha sido una barrera para crecer y alcanzar una proyección internacional que muy pocos pueden presumir. Sus giras por Europa y América son una constante y el reflejo de su éxito.
En esta ocasión la banda regresó a México para poner final a la gira de su álbum Ritual y dar paso a su material en vivo Una Noche en la Vida que saldrá a la venta dentro de unas semanas.
La combinación de new wave, rock, pop y sintetizadores convirtió al Frontón México en una pista de baile con aroma a la década de los ochenta. En “Dos Vidas” se respira el espíritu de las bandas sonoras de John Carpenter junto con destellos de los Pet Shop Boys.
El cambio más radical llegó al momento de concluir el festival Indie España. Con Triángulo de Amor Bizarro se mantuvo la oscuridad pero llegaron los sonidos estridentes y el rock que revienta tímpanos. El cuarteto gallego no le tiene miedo a las consecuencias y siempre ejecuta sus composiciones al máximo volumen posible.
La herencia de conjuntos como My Bloody Valentine y The Jesus & Mary Chain jamás ha sido negada y durante una hora todos estuvimos envueltos en el shoegaze con una acelerada batería y sonidos industriales salidos de películas futuristas.
En medio del escenario Isabel es la que se encarga de llevar la batuta. A pesar de su corta estatura, cuando ejecuta su bajo se convierte en Godzilla y destroza todo lo que encuentra a su paso. Es la base de cada uno de los temas del combo y con su voz impregna ligeras dosis de melancolía.
Su presentación tuvo la misma energía que el Dr. Frankenstein utilizó para concebir a su creación. No hubo tiempos muertos ni baladas relajantes porque todo fue poder y furia. El punto final llegó con “De la Monarquía a la Criptocracia” que se ha convertido en uno de los máximos himnos ibéricos de la última década. Sin encore concluyó la edición de un proyecto que promete traer a México lo más destacado de la música española.