Listening Session: 'Starcatcher' de Greta Van Fleet y el viaje cósmico

Descubre el atrapasueños musical de Greta Van Fleet.

Días antes del estreno del estreno de Starcatcher, fuimos invitados a la sesión exclusiva del álbum en las instalaciones de Universal Music en la Ciudad de México. En un auditorio exclusivo para la escucha, se reunieron un grupo limitado de personas para el primer vistazo del nuevo disco de Greta Van Fleet.

Ya estaban disponibles cuatro sencillos al momento: “The Falling Sky”, “Farewell For Now”, “Sacred The Thread” y “Meeting The Master". Dando un hint muy preciso y a su vez muy limitado de lo que podrán escuchar sus fans en este nuevo proyecto. Después del exitoso disco The Battle at Garden’s Gate, la espera y la expectativa estaban puestas a encontrarse con un sonido completamente nuevo o aquel que ha caracterizado a Greta en su trayectoria.

Así, con un mensaje de la banda donde recordaban el amor que le tienen a nuestro país, iniciaba la escucha de Starcatcher. La primera canción en el álbum es “Fate Of The Faithful”, en un retumbar de las paredes del auditorio, las baterías de Danny Wagner nos dan la bienvenida a un viaje cósmico.

Esta primera parte está particularmente enfocada a demostrar el poder que los instrumentos pueden tener, Greta es en su totalidad hard rock, pero ha podido incluir distintos matices que les han dado un lugar en el género. “Fate Of The Faithful” incorpora el sonido de un piano eléctrico que orienta la canción hacia el sonido psicodélico del rock en los 70. Como una buena bienvenida, la voz de Josh Kiszka invadió todos los espacios del cuarto, con una técnica única del shock rock: con dos palabras llegó a los oídos de todos y, a partir de allí, era viaje sin retorno.

Este disco tiene el poder de Jake Kiszka en todos los minutos, su guitarra es un auténtico núcleo del estilo de la banda, sabe moldearse a la voz de Josh y hablar por sí misma. En momentos, siendo lo único que sostiene a toda la melodía.

Para “Waited All Your Life” el ritmo toma un descanso para dejar fluir a las guitarras acústicas, hay partes en que es muy cercano al estilo de americana y roots rock. En donde la música destaca espacios de country y folk, algo que ha acompañado a Greta desde sus primeros lanzamientos. Al llegar al bridge esta canción se transforma, lo acústico se divierte y muta: ahora domina la distorsión y nos acerca a la parte más intensa de Starcatcher.

El título de las canciones es un hilo conductor para todo el concepto, buscar algo a lo largo de toda tu vida y poseer la fe para encontrarlo, marcan el comienzo del camino. ¿Hacia dónde? Es el acompañamiento de la música a los escuchas lo que fundamenta el viaje, porque esa es la parte importante: ni el comienzo, ni el destino, el proceso para llegar hacia donde queremos llegar.

“The Falling Sky” fue el último lanzamiento antes del estreno del disco, una canción completamente fundida en las baterías. Mientras la guitarra y la voz son meras armonías, lo que se luce es el valor de las percusiones para simular el movimiento de la caída. Hay algo en la necesidad de no perder el juego, protegerse de caer, mientras lo único necesario es dejar fluir. En el fondo es posible vislumbrar un instrumento de viento, en este caso, las imágenes van a enmarcar esta pare del camino.

A partir de ese momento, inicia la parte medular del disco, ¿qué es el starcatcher? Para responder la incógnita está “Sacred The Thread”, un blues rock muy complejo y que permite demostrar la elaboración en la composición para este álbum. Si al inicio teníamos la duda de qué vertiente iba a tomar la banda sobre su estilo, la solución era muy simple: es posible innovar a partir de su sonido esencial.

“Sacred The Thread” marca la diferencia con el resto de sus canciones hermanas por la construcción del blues con progressive rock, el bajo es mucho más notable que en otras y se mantiene en un tono constante. La letra nos hace explícito el título del disco, por eso su lugar en el medio de un todo es fundamental: hay un hilo de oro que nos abraza y une a todos en un mismo lugar, los sueños están ahí. Tradicionalmente, un atrapasueños está ahí para proteger a las personas, sanar heridas, no dejar pasar a las pesadillas, y esta es la historia que nos cuenta la canción. Es posible cerrar las cicatrices dejando pasar a los sueños a través de las lentejuelas y la red que nos atrapa: como un filtro para el viento cuidando nuestras vidas.

Después de esa experiencia fantástica, “Runway Blues” es un espacio instrumental que resulta interesante por la experimentación que hay en él. Aunque Greta sí ha incursionado en el blues en muchas ocasiones, suele ser de un estilo posterior o fusionado con otros sonidos, esta canción es enteramente clásica. Hay más energía, las baterías marcan una diferencia, mientras la guitarra emula un sonido del southern rock. Si Greta retoma este sonido en momentos posteriores podría revivir a un sub género para la modernidad.

Después del descanso de medio tiempo, el descenso es un camino breve pero sinuoso. Las canciones desde este espacio son más complejas, desde la escucha hasta el momento de inspeccionar cada uno de sus sonidos. Como público puede ser el momento para tomar un respiro y continuar con el fluir de la experiencia, porque es un detalle intrínseco de este y casi todos los discos de la banda, hay que seguir con una trayectoria continua.

“The Indigo Streak” es un elemento destacado por tener características de art rock, un desarrollo natural si tomamos en cuenta cómo se entrelazan el psychedelic rock y el progressive rock desde las primeras canciones. En esta canción se priorizan las armonías vocales de Josh y la repetición en los compases. Es un desarrollo mucho menos turbulento, más inclinado al equilibrio y a que sea sencilla de apreciar. Con esto Greta demuestra lo valioso que es para ellos nutrirse de la tradición para formular sonidos suyos, no hay conflicto en apropiarse de sus influencias e innovar en la música.

La evolución musical de Greta ha tenido un camino largo desde su primer álbum From The Fires en 2017, comenzaron tocando con bandas locales en Michigan, de donde son originarios, en pequeños conciertos en medio del bosque, hasta recibir el premio Grammy al Mejor Álbum de Rock en 2019. Son oportunidades que los han llevado hasta la libertad creativa. Gracias a los vídeos en vivo que han distribuido por internet, se han acercado a un público diverso, todo abriendo puertas para darnos un material tan especial como Starcatcher.

“Frozen Light” es la memoria de esos primeros sonidos de Greta, adentrándose a un mundo diferente, que los alejaba de los conciertos íntimos a los shows masivos. Un poco como detener el tiempo en un momento antes de la libertad en plenitud que todos esperamos. Es un hard rock definido, entero, clásico, como fans, es el remanente de todo lo que su música ha sido: mantener los pies en la tierra antes de despegar.

El epílogo del disco está dividido en tres canciones: “The Archer”, “Meeting The Master” y “Farewell for Now”. Estas dos últimas fueron el primer y penúltimo sencillo respectivamente, una elección muy bien pensada, al final todos esperamos el resultado del disco, a veces sin tomar en cuenta el desarrollo de cada una de las canciones. Conociendo cómo va a terminar, la curiosidad aumenta más para conocer un mundo amplio que nos espera. Particularmente, este descenso está influenciado por la reflexión y la liberación: continuar pesa, llegar es como una neblina libre.

“The Archer” es una canción folk, acústica casi por completo, como la imagen de una noche estrellada en algún lugar, en parte porque comparte el nombre con una constelación. También por la conexión mística que tenemos con el espacio, la obscuridad y la plenitud en el mundo que desconocemos. Cuando se nos introdujo al disco, la banda nombró a Starcatcher como un viaje cósmico: amplio e indefinido a su vez. Hay una incógnita y miedo que no conocemos, que sin quererlo el disco nos ha llevado de la mano y con cuidado a un único destino, por eso el rasgo cósmico: el cosmos es abundancia, inmensidad, confusión y plenitud.

Así en un momento, está por terminarse el disco, en su penúltima canción “Meeting The Master”, entendemos que el viaje dado es para conocer a ese alguien tan esperado. La adrenalina se relaja completamente con la guitarra acústica, pero no es tiempo para descansar, si no para llegar al éxtasis. Hay una simbiosis entre el derroche musical en el bridge con la letra, hay una larga espera que cuando finaliza es un territorio desconocido: hay locura, tropiezos y sobre todo caos.

Podemos entenderlo como una analogía en donde el ser humano es como un cuerpo celeste, que rodea a un algo mayor, entre ambos se necesitan y se entregan un amor incondicional entre sí. Este sencillo tiene concordancia con canciones como “Fate Of The Faithful” y “Waited All Your Life”, la búsqueda de algo superior con una esperanza casi ilimitada.

En la canción el sonido también viaja, confluyen la psicodelia con la distorsión en la guitarra y unas baterías que preparan el bridge en plenitud. Cuando explota, también lo hacen los sentidos y la inmersión en los distintos núcleos melódicos que se construyen. El final que no puede ser estático si no el inicio a algo mayor, el momento en que las puertas se abren.

El encore, la última canción, es “Farewell For Now” y es el cierre perfecto para el disco. Es enteramente una carta de amor para toda la gente que ha visto crecer a Greta Van Fleet y la ha ayudado a alcanzar ese éxito. Festeja que hayan pasado tan buenos momentos en el escenario y creando música, incluso hace una referencia al disco previo The Battle at Garden’s Gate rememorando sus batallas, con derrotas y victorias.

Como todo, hasta los mejores momentos tienen despedida, hasta poder ver a Josh, Jake y Sam Kiszka con Danny Wagner en los escenarios. No sin antes ofrecer una despedida, temporal claramente, a sus amigos y a su público. Hay algo en el apoyo infinito que ha recibido la banda estadounidense que lo retribuye a través de su música, el cariño que se ha regalado entre ambos los mantienen atados a la tierra y los ayudan a fundirse en el infinito. El ciclo se cierra, porque la reunión ha terminado y esa entrega termina para abrir una nueva etapa.

Starcatcher es el cuarto álbum de estudio de Greta Van Fleet, con sus primeros discos lograron posicionarse y crear una fan base a pesar de la constante crítica. Lo que les ha permitido acompañar a grandes exponentes del rock como Metallica, con el que visitarán próximamente la Ciudad de México.

La experiencia de acercarse a la banda, de una manera más íntima en donde la prioridad es apreciar el audio y comprender todo el trabajo que hay detrás de los discos que escuchamos día con día, altera por completo la visión que tenemos de cómo hacer música. En este caso, Greta Van Fleet y Universal Music Group se encargaron de regalarnos un espacio único para poder acercarnos a un proyecto tan ambicioso como Starcatcher.

Igualmente, el lanzamiento de los primeros cuatro sencillos son una probada muy ligera de todo lo que les espera a los fans cuando se acerquen a todo el disco, también resultará atractivo para un nuevo público. Gracias a la reinvención, la creación de nuevos paradigmas y el arraigo de las tradiciones, Greta puede acercarse a muchos oídos diferentes, hasta los más exigentes al consumir música.

Ya es posible ver las primeras presentaciones de algunos sencillos en vivo, con los anuncios especiales del tour que espera a la banda en Norteamérica y Europa, con el apoyo de algunas bandas como Surf Curse, Kaleo, Mt. Joy y Black Honey.

Así como la banda se despide de nosotros por un instante, el viaje cósmico termina dejando un buen sabor de boca y esperando a descubrir algo nuevo con el sonido de Greta Van Fleet como el guía supremo. Puedes escuchar a Greta aquí: