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Basta un nutrido lineup y un amplio spot para hacer vibrar a miles de almas en un festival y transportarnos a un estado de total libertad percibida a través de cada sentido, a través los poros, a través del alma y es precisamente así como la música nos impacta a todas las personas bajo la misma intensidad que no podemos hablar encuentros o eventos sonoros desde una postura que excluya, haga diferencias o ponga etiquetas.
En México, desde la década de los 80, la comunidad LGBT+ encontró en el campo del arte y la cultura, un espacio de expresión total en el cual podían sentirse cómodos, no juzgados, con libertad para expresar sus ideas, temores y emociones.
Por ejemplo, en aquellos años los grandes festivales musicales no tenían una libre apertura para artistas de la comunidad, sin embargo, siempre hubo espacios como el Museo Universitario del Chopo, en donde había múltiples colectivos artísticos de todos los colores, ideologías y preferencias, mostrando el valor su arte al mundo.
Así como la música debe ser libre y original, no podemos permitirnos limitar la expresión de la identidad y el amor de las personas, por este motivo, Indie Rocks! entrevistó a cuatro artistas que pertenecen a la comunidad LGBT+, quienes compartieron su visión de la industria musical en México relacionada con temas de inclusión, no sólo para difundirla este mes, sino todo el año.
Por su parte, la cantautora tijuanense Vanessa Zamora asegura que “cada vez hay más visibilidad en todos los aspectos dentro de la industria en México, pero creo que estar en un festival no debería de depender de cómo te definas, sino de lo que eres y quieres dar al mundo”.
Una postura que fue apoyada por Maricuir, una artista queer que asegura es bastante molesto e incómodo que se crea que, por ejemplo, en un festival si hay un exponente de la comunidad va a ser un show de nicho.
En México y el mundo nos falta mucho en la industria de la música, porque por ejemplo, creo que en los festivales se sigue pensando que si hay un artista de la comunidad LGBT+ es un evento o propuesta de nicho y que sólo lo va a ir a ver gente de la comunidad (...) Creo que ya debemos pasar ese pensamiento en el que sólo lo que hacen los hombres cisgénero es lo universal, creo que necesitamos aprender a que la propuesta artística de la persona que sea es universal y puede ser disfrutada por todas las personas”, reveló Maricuir, quien usa pronombres neutros y en femenino.
Por otro lado, Zemmoa (la primera artista transgénero en México en firmar con Universal Music) aseguró que a pesar de que en la industria faltan grandes avances para dar difusión no sólo este mes sino todo el año, ella se siente orgullosa, pues recordó que el estimado para una mujer trans en países como el nuestro es de 35 años.
Me siento orgullosa de mi arte, de ser yo y hacer música desde el corazón (...) Creo que los artistas LGBT+ ya somos artistas neurodivergentes y que al final de cuentas luchamos mucho con la salud mental por A, B o C de nuestras experiencias de vida y entonces tendemos a ser dispersos con nuestro proyecto y tendemos a estar un poco solxs, pero creo que poco a poco México va cambiando y la gente se va dando cuenta de la disciplina y corazón que un artista le pone a sus proyectos”, aseveró la artista de 36 años.
Por su parte, la artista Andrea Martínez, conocida por su proyecto Andru sorprendió en la Ciudad de México debido a que el pasado 17 de junio tocó los éxitos de su EP Lo haría todo de nuevo en la marcha lencha.
Me gusta pensar y que se están haciendo cosas para que esta comunidad tenga más voz y sea más resonante en festivales (...) sobre todo en la música con el apoyo de por ejemplo en las plataformas al hacer playlist o por ejemplo visibilizar que hay más gente queer. Aunque creo que la utopía sería un festival de acceso universal con pures musiques de la comunidad”, puntualizó la joven que recientemente estuvo en el festival Coachella en compañía de Bratty.
Es de esta forma que una vez más reafirmamos que el arte es el conducto predilecto en el que las vidas convergen, sin importar sus pensamientos, gustos, disgustos, colores o sabores, los festivales musicales en México son una enorme industria en la que gran porcentaje de consumo es de la comunidad LGBT+, por lo que la tarea queda en hacer mayor reflexión sobre la inclusión los 365 días del año y no sólo 30 durante este mes.