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La dislexia, los nervios y su déficit de atención lo llevaron a encontrase a temprana edad con el majestuoso mundo de la pintura. Hace más de 15 años, en París, descubrió por casualidad que podría vivir del arte. Desde entonces, Barcelona, Berlín y Nueva York lo han visto crecer como artista plástico y posicionarse entre los más destacados de la actualidad. Su nombre es Bosco Sodi y es mexicano.
El Museo Dolores Olmedo inauguró su más reciente obra titulada Omni, el pasado 8 de abril, la cual será exhibida hasta el 12 de mayo. En entrevista con Indie Rocks!, Sodi habló sobre su incursión en el arte y el proceso creativo de su instalación. “Empecé pintando desde que era muy chico, me gustaba mucho la pintura. Tengo el problema de que soy bastante disléxico, hipernervioso y tengo déficit de atención. Por eso, de chico, mi mamá me llevaba a clase de pintura, era como mi terapia”, expresó el artista.
De acuerdo al artista, mientras vivía en París mandó enmarcar unos cuadros, y al recogerlos se llevó una gran sorpresa: el vendedor dijo que un coleccionista deseaba comprarlos. Desde ese entonces, Sodi supo que podía dedicarse de lleno a la pintura y escultura. El artista nativo de la Ciudad de México confesó ser amante de la casualidad, el paso del tiempo y lo incontrolable. Considera que estos tres aspectos hacen posible la existencia de seres y objetos únicos en la naturaleza, y por ello decide retomarlos en su obra.
Omni es considerada por Sodi una instalación de escultura orgánica debido a que consta de cinco rocas volcánicas únicas e irrepetibles: “La forma no la dicto yo, la forma la dicta el tiempo, la naturaleza...”. Mientras trabajaba en Guadalajara, el espíritu viajero del artista lo llevó recolectar rocas en el volcán Seboruco. Más tarde le entró la inquietud de someterlas nuevamente a altas temperaturas para cubrirlas de cerámica y barnizarlas de color rojo. “Lo que me gusta es el viaje, ir a recolectar, buscar el esmalte, este tipo de investigación, en parte chamánica, de búsqueda, accidente, falla”, comentó el pintor.
Sodi compartió que desde un principio pensó en el Museo Dolores Olmedo como el primer lugar para exponer esta obra, ya que considera que cuenta con el jardín más bello de México, perfectamente ambientado con xoloescuincles y pavo reales.
El talentoso artista está por inaugurar una exposición en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), publicará un libro que recopila su obra y trabaja junto al arquitecto japonés Tadao Ando, experimentando con palapas en Puerto Escondido. El propósito es la construcción de siete residencias para artistas, incluyendo la de Sodi, un museo y un paseo escultórico.
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