Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Ha pasado una década desde ese día, cuando salió su disco homónimo, quiero contarles sobre lo que hemos vivido con él en todos estos años y solo puedo resumirlo de manera epístolar, les aseguro que si pudiera hacer canciones sin duda lo haría cantando sobre un beat seductor como los que se encuentran en su álbum.
En realidad aunque la carta es para Alex & Daniel, la escribo esperando llegue a alguien más, a alguien que como a mí, su disco le sacudió las entrañas. Por eso disculpen si a veces no me refiero únicamente a ustedes, los protagonistas de este disco.
Según Daniel, todo empezó cuando escuchó “Amar en el Campo” de Teleradio Donoso (antigua banda de Alex), entonces decidió buscar al susodicho con el objetivo claro, colaborar con él (bueno, ustedes saben mejor que yo esa historia). Así surgió un proyecto que tuvo la sustancia puesta en la satisfacción de crear, de indemnizar al alma y al mismo tiempo acariciar los oídos de una generación, volverte su banda sonora, suena a un lugar común pero no lo es.
El resultado fue un disco de ocho canciones, que entre los fans de Alex Anwandter y Daniel Riveros (Gepe) podemos identificar algunos elementos característicos de cada uno de ustedes en las canciones, lo electrónico y potente de Alex y lo experimental, etéreo y folclórico de Daniel.
Encontraron el equilibrio y la forma de poner al servicio de las canciones sus cualidades, no importa quién hizo qué, lo relevante es que su disco encontró la forma de resistir el paso del tiempo y consolidarse a través de él, de acomodarse en el corazón de su público, Alex & Daniel no es un dúo, es un solo ente de 4 ojos y dos cabezas, que quiero pensar sigue vivo y volveremos a ver algún día.
Considero que con el pasó del tiempo su disco cada vez suena mejor, tiene la cualidad de poder descubrir algo nuevo si le prestas suficiente atención, cada que lo pones sabe, huele y se escucha diferente, es camuflaje y sol, 33 fascinantes minutos de sobresaliente pop.
Hoy diez años después tienen carreras más que consolidadas, representan a una generación de artistas que hicieron que el resto de Latinoamérica volteara a Chile de nuevo, una oleada que nos llenó de discos memorables, y ahí se encuentra el suyo, tuvieron el acierto de fundirse pese a que sus carreras solistas parecía no lo necesitaban.
La definición de disco de culto es compleja, pero para mí este disco lo es, está más vivo en el corazón de la gente que en su boca, fluye mejor en la habitación de los fans que en la conversación, llevamos diez años cantándolo y bailándolo, siguiendo a Alex Anwandter y Gepe.
Queridos, no me resta más que agradecerles por “Mundo real”, por “Segunda” y “Mejor que yo”, gracias por “Cada vez que invento algo sobre ti”, por “Baby" y “Japón”, les agradezco por “Miña y una nueva aventura”, por acompañarme a la escuela y al trabajo, por estar en mi cuarto, en el auto, en el metro y en el autobús, por cantar conmigo cuando me ducho, gracias a Quemasucabeza por la edición, y al ejercito que los sigue escuchando por mantenerlos vivos.
Sé que escuchan como callan.