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Es algo muy espiritual. Si, es alucinante. Espero que siga estando aquí durante millones de años. Es un tesoro nacional, ¿sabes?” Liam Gallagher sobre los estudios Abbey Road
Cuando se trata de música, es muy común que al menos el 75% de los documentales enfocados en ella versen sobre un artista o agrupación en particular, y el restante se reparta en aquellos los cuales abundan sobre determinados géneros o corrientes musicales, o narran algún momento histórico específico, o tratan sobre festivales o eventos especializados. Pero un porcentaje minúsculo de ellos se enfocan en esos lugares donde la verdadera magia se produce y es captada para la eternidad: los estudios de grabación.
Y dentro de esta pequeña categoría nos encontramos con Si estas paredes cantaran... (If These Walls Could Sing, EUA-Reino Unido, 2022), un largometraje dirigido por Mary McCartney, nada menos que la hija de los legendarios Linda y Paul McCartney quien decide, para su debut en el género del documental, centrarse en la historia de los no menos legendarios estudios Abbey Road, lugar donde pasó buena parte de su infancia acompañando a sus talentosos padres mientras grababan allí, y por ello este sitio quedó íntimamente vinculado a sus entrañables recuerdos. Además, la producción formó parte medular de las celebraciones llevadas a cabo por dichos estudios en noviembre del año pasado, al cumplir 90 años de su fundación.
Construido a partir de una profunda investigación emprendida al interior del recinto -reuniendo allí fotos y archivos sonoros-; de la recopilación de los testimonios de diversas estrellas, celebridades, productores, ingenieros de sonido y otras personas relacionadas con la historia del estudio; y apoyándose en imágenes de archivo obtenidas de diferentes fuentes, el filme intenta condensar en menos de 90 minutos, nueve décadas de existencia de los Abbey Road, lugar por el que han desfilado tanto íconos de la música rock y pop, como figuras importantes de la industria cinematográfica inglesa e internacional.
Para ello, McCartney opta por elegir y hacer el recuento de algunas fechas que considera relevantes en la historia de Abbey. Así, inicia su narración desde la fundación del estudio en noviembre de 1931 (con el nombre de EMI Studios, el cual cambiaría al actual en 1970), los momentos donde se cubrió de gloria durante el gran boom del rock de los cincuenta, sesenta y setenta, dando a luz a algunas de las canciones y de los álbumes más emblemáticos del siglo XX (y que siguen resonando hasta nuestros días), las diversas crisis económicas a la que debió de enfrentarse y cómo las ha superado, etcétera. Sin duda un sitio legendario el cual, desde el 2010 fue declarado monumento histórico por parte del gobierno británico.
Este recorrido cronológico y de ritmo dinámico, es contrapunteado con una serie de interesantes, coloridas, a veces graciosas y en ocasiones melancólicas anécdotas narradas por sus entrevistados entre quienes figuran Ringo Starr; Elton John; Jimmy Page; Liam y Noel Gallagher; Roger Waters; David Gilmour; Nick Mason; Cliff Richard; John Williams; el cineasta George Lucas; y sin faltar desde luego el padre de Mary, Paul McCartney.
La variedad y tono de algunas de esas anécdotas le dan sabor al trabajo. Así, vemos a una nostálgica Mary recordando a su ya fallecida madre, paseando a un pony cuyo nombre inspiró la canción “Jet”; o a Paul recreando jocosamente las escena del cruce de la calle inmortalizada en la portada del último álbum que The Beatles grabaron juntos en estudio (y el penúltimo editado antes de su separación) el cual justamente, se intituló Abbey Road. O cuando Nick Mason y Roger Waters recuerdan la ocasión en que ellos y el resto de los miembros de un recién formado Pink Floyd se encontraban grabando su disco debut The Piper At The Gates of Dawn en el estudio contiguo donde el cuarteto de Liverpool grabó el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, y ambas agrupaciones tuvieron oportunidad de convivir. O también las discrepancias entre los hermanos Noel y Liam Gallagher acerca de aquella historia de que la banda supuestamente fue corrida de dicho estudio por organizar una escandalosa reunión en sus instalaciones, cuando grabaron allí alguna vez.
Y sobre todo, el documental exalta las cualidades (principalmente sonoras) de ese lugar, elemento que sería decisivo para definir el sonido (y surgimiento) de obras maestras tales como Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band o el antes mencionado Abbey Road de The Beatles, o The Piper At The Gates of Dawn y The Dark Side of the Moon de Pink Floyd -el cual el próximo mes celebra 50 años de su lanzamiento- por mencionar solo algunos ejemplos de discos en los cuales la película pone especial énfasis, develando (a través de audios originales y videos) el “detrás de cámara” de algunas de las sesiones de grabación ocurridas allí, dejando entrever detalles técnicos y otros secretos y genialidades ocurridos durante dichas sesiones, que contribuyeron a fomentar varias de las notables alquimias musicales ocurridas allí.
Y por otro lado, el largometraje también retrata la importancia que este estudio tuvo para otros ámbitos además del rock y el pop, como ocurre con la música clásica y la World Music, y donde también se grabaron icónicos temas y bandas sonoras para las sagas de Star Wars, Indiana Jones y James Bond.
Si estas paredes cantaran... constituye un emotivo homenaje a un recinto sagrado de la música contemporánea, donde además de los artistas mencionados en el documental, desfilaron cientos de artistas como Michael Jackson, Madonna, Freddie Mercury, U2, Radiohead, Red Hot Chili Peppers, el recientemente fallecido Jeff Beck, Muse, Iron Maiden, The Alan Parsons Project, The Cure, Lady Gaga, Depeche Mode, Amy Winehouse, Meat Loaf, Gustavo Cerati, Europe, XTC, The Scorpions, Sigur Rós y Kate Bush, entre otros.