Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
8
Grand Jury / 2023
Samia debutó en el 2020 con su álbum The Baby, con el que entendimos que su música trata de los sentimientos no conformistas que identifica en su propia experiencia al crecer y en el choque de la adultez. Escribe y canta sobre lo difícil de sentir, pero también de decir, apuntando a nuestra empatía y melodrama. Partiendo de este lugar en el que nos dejó, vuelve con un álbum agridulce, Honey.
Con 11 canciones, abre esta historia con “Kill Her Freak Out”, una balada que gracias al órgano que transita en la melodía, genera una tonalidad fúnebre que termina de afianzarse con el tema de la canción, matar a la nueva pareja de un ex. Al igual que en su álbum debut, el primer track se afianza en emociones complicadas que gradualmente se van revelando hasta el coro. Samia, no teme hablar de estos deseos que cruzan su cabeza, que aunque parezcan disparatados o sumamente específicos, se afianzan sin remedio, confesando: "I hope you marry the girl from your hometown / And I’ll fucking kill her / I’ll fucking freak out".
La peculiaridad del álbum son los matices que encuentra en cada sentimiento y los géneros que usa para cada uno. Con el ritmo constante del indie-pop, pasa por el lo-fi synth-pop, hasta un country folk. Así, aunque abre Honey con esta canción desgarradora, nos lleva al siguiente escenario de forma abrupta, quizá apelando a los cambios igual de abruptos que experimentamos al crecer. “Charm You”, aparece con una vibra más relajada, desde el título nos lleva con acordes acústicos de guitarra con una melodía pegadiza que nos recuerda su trabajo dentro del indie folk-rock. Siguiendo a este ritmo lento está “Pink Balloons”, que apela a una balada similar a la anterior pero con el piano guiando su canto hacia un rango más agudo y una letra ambigua que contrasta con la confesión del primer tema. Aunque recordamos que se trata de la etapa del duelo de una relación representada en dos partes, para después presentarnos “Sea Lions” donde elabora el momento de superación.
Interrumpiendo este lazo entre canciones, se presenta “Mad At Me”, el único sencillo colaborativo en todo el álbum. A lado de Papa Mbye, generan una producción pop que carece de sonidos acústicos. La voz de ambos se mezclan hasta el final de la canción, Samia guía claramente este track, coescrito por Rostam de Vampire Weekend, apuesta por un despliegue de un sentimiento violento, el enojo y el rencor, de forma casi celebratoria pues espera encarnar la confianza y la posibilidad de pasarla bien a pesar de todo.
Tras este intersticio llega “Sea Lions” como la representación de nuevas posibilidades tras la ruptura amorosa. De forma caótica se expresa en una melodía dual que si bien comienza de forma lenta y melancólica nos lleva hacia sonidos electrónicos donde ya no se contiene este sentimiento de libertad.
Devolviéndonos al folk está el sexto tema, “To Me It Was”, donde Samia canta sobre tiempos pasados que parecen mejores pese a que, realmente fueron difíciles. En esta canción nos presenta esta experiencia en común, la romantización de la infancia para evitar una realidad más complicada durante la adultez, con el coro repetitivo que casi funciona como mantra: ‘To me it was a good time’.
Con “Breathing Song”, comparte una experiencia delicada donde una noche termina de forma trágica, lo que también sucede con la canción, en la cual tras un constante ‘no, no, no’, que se vuelve un grito doloroso, termina de manera abrupta. Con un contraste inmediato aparece el track homónimo del álbum, “Honey”, con una melodía indie-rock ligera y alegre donde el miedo y el dolor se han disipado y ahora puede sentir la dulzura de la vida. Esta es otra canción pegadiza, donde la letra permite que no se cierre a una única experiencia de esta nueva felicidad.
Finalmente llega “Dream Song”, que aunque melancólica no resulta tan desgarradora como otras, pues en ella habla por completo de sí misma. El sencillo ya no retrata lo que puede pasar cuando una relación termina, se vuelve más bien un recordatorio de ella para ella, concluyendo este viaje por el paso del tiempo.
Su música es confesional y nunca lo ha negado, si bien puede parecer demasiado específica ya que habla sobre sus propias experiencias en código, termina apelando a un público extenso que de una forma u otra ha vivido esta especificidad, que finalmente resulta no ser tan extraña. Honey se abre paso como un segundo álbum más vibrante y más honesto que el primero. Sin esconderse planea un recorrido difícil pero bajo el resguardo de baladas ligeras que no compiten con las letras duras y en ocasiones algo oscuras, tanto literal como metafóricamente. Samia sigue representando la voz de muchos sentimientos que suelen ser escondidos, su música se vuelve un diario de emociones que comparte con una audiencia que comienza a identificarla como un espacio seguro para sentirse reconocida.