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Fue en un restaurante de comida mexicana en Beverly Hills, ante un plato de enchiladas y margaritas de un dólar, donde el baterista Erick Kretz, escuchó por primera vez la idea que Scott Weiland tenía en mente para una canción, la frase que dio vida al primer tema de Core, el álbum debut de Stone Temple Pilots, a modo de manifiesto o profecía de lo que vendría: “I am smellin' like the rose that somebody gave me on my birthday deathbed. I am smellin' like the rose that somebody gave me ’cause I'm dead and bloated”. El ya mítico intro de este tema fue grabado a través de la pastilla de la guitarra de Dean DeLeo, por eso tiene ese dejo de haber emanado de una vieja radio.
Y después la debacle que imponía una frontera infranqueable entre Stone Temple Pilots y demás bandas de la época con la cual eran comparados, porqué “Sex Type Thing” bien pudo haber sido asociada a la crudeza de Nirvana, pero en su esencia contiene más rock and roll energético que ganas de morir, porque en “Wicked Garden” la voz podía sonar parecida a la de Eddie Vedder, pero Scott Weiland nunca fue tan extrovertido o metafórico al momento de escupir sus letras, porque hay un abismo de diferencia entre decir “I’m still alive” que: “'Cause I'm alive, so alive now. I know the darkness blinds you”.
A la par de los riffs furiosos de la guitarra de Dean, su hermano Robert DeLeo daría un estilo muy específico a su accionar en el bajo, y tal y como había espacio para un sonido meramente combativo y energético, la oscuridad también abrazaba al cuarteto, “No Memory” como interludio al estilo Black Sabbath, lo que Metallica supo capitalizar a su modo y beneficio, lo que Alice In Chains nos haría sufrir y apreciar, y de nueva cuenta el devaneo rasposo de la guitarra con “Sin”, más rock que grunge, con más en común con Deep Purple, pero tampoco tan alejado de la esencia de TAD.
Y luego “Naked Sunday” a modo de canción funky emanada del purgatorio, como si George Clinton y los Red Hot Chili Peppers hubieran perdido un juego de basketball donde lucifer era el referee. La letra de “Creep” fue escrita por Scott en el asiento trasero del auto de Robert, quien menciona al respecto de la música, que fue influenciada por esas ciertas notas “de cowboy” muy adecuadas para un estilo country, y que encajaron bien en este himno que adecuara de una forma aún más oscura aquella frase acuñada por Paul McCartney: “I’m half the man i used to be”. 23 años tenía Scott cuando escribió este tema, el cual fue grabado después de una cena en Cheesecake Factory, y donde la banda a modo de ritual encendió veladoras y se reunió en un círculo para concentrar su energía creativa.
Antes de ser parte fundamental del génesis del sonido de Rage Against the Machine con Evil Empire y el desarrollo del nu-metal con Significant Other de Limp Bizkit e Issues de Korn, Brendan O’Brien fue el encargado de producción de Core y los subsecuentes trabajos de la banda hasta Shangri-La Dee Da poco después de anunciar un hiatus. El claro ejemplo de esta elocuente y proĺifica colaboración queda en evidencia con “Plush”, quizá uno de los temas más conocidos del cuarteto. “Una hermosa pieza musical” es como se refiere Robert DeLeo a esta opus magna, que de nueva cuenta, ante las obtusas comparaciones con Pearl Jam, fue el manifiesto que impondría la gran diferencia entre Stone Temple Pilots y el sonido de sus contemporáneos. Cabe destacar que esta canción como la gran mayoría de Core fueron grabados en sesiones de la banda tocando directamente en vivo y en conjunto, sin cortes ni ediciones, tan solo algunos arreglos posteriores.
“Wet My Bed” y de nueva cuenta ese hilo narrativo y sonoro que coloca más a Scott Weiland como una especie de renovado Jim Morrison antes que un tipo más que quería ser Kurt Cobain. Ese ímpetu de improvisación con la poesía maldita queda a bien como recuerdo de su última presentación en México en el Plaza Condesa el mes de noviembre del año 2011. La banda había visitado Teotihuacán, un conocido chamán de la zona arqueológica les dio la bienvenida con un ritual de limpia con humo de copal, aquella ceremonia caló tanto en Scott Weiland que invitaron a dicho personaje al concierto, en el cual repitió el acto ante la improvisación sonora de la banda y frases difusas del vocalista a través de un megáfono, un momento bastante mágico, significativo e inolvidable para aquellos que lo presenciamos.
“Crackerman” cual manifiesto final e imposición de un modo de vida: Stone Temple Pilots como entidades completamente diferentes a lo que estaba sonando en aquellos días, aunque los programen en las mismas playlist en la actualidad, grunge o no, es más ganas de arder que solo extinguirse.
“Where the River Goes” siempre me recordará a “When the Leeve Breaks”, porque hay algo de Led Zeppelin en todos nosotros aquellos que amamos el rock and roll. Y a pesar de que el río de la vida de Scott Weiland desbordó de una forma trágica el 3 de diciembre de 2015, esa agua repleta de pureza que limpió nuestra mente y karma, desde hace 30 años y hasta la fecha, sigue fluyendo en la memoria, convirtiéndose en una tempestad que nos arrasa cada vez que escuchamos Core: “I wanna be as big as a mountain, I wanna fly as high as the sun, I wanna know what the rent's like in heaven, I wanna know where the river goes”.