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Después del medio día con un clima nublado miles de personas llegaron al Festival Cordillera para crear una fiesta de música que nadie imaginaba. Fue emocionante ver cómo iban con outfits súper originales y algunos otros mas cómodos, como si lo único que importara es ir a pasarla chimba, como dicen los colombianos.
En punto de las 13:00 H dieron acceso a todo el público, en el Parque empezaba a verse movimiento; la gente parecía entusiasmada porque sabían que era el inicio de un día grandioso, un día donde iban a reír, llorar de la emoción, bailar y disfrutar cada una de sus bandas preferidas.
El sol no se asomó en los dos días, se sentía un frío rico, de hecho se pensaba iba a llover pero afortunadamente no. La mayoría con pantalones, sudaderas, chamarras, gorros, y eso sí, abrigados pero con estilo.
Quizá la mayor riqueza de este encuentro, en general fue muy organizado y tranquilo, se gozó, se bailó, se cantó y se estuvo bien.
A través de cuatro escenarios (Aconcagua, Cotopaxi, Cocuy y Bosque Electrónico) dedicados a la música los asistentes del Festival Cordillera 2022 pudieron disfrutar de todo tiempo de propuestas y así rencontrarse con esta fiesta cultural, cabe recordar que es la primera edición y se obtuvo una respuesta fantástica.
Hubo zonas de comidas, de descanso y la verdad todo quedó muy bien distribuido. También hubo una zona de mercado, donde podías adquirir desde accesorios hasta ropa.
Poder moverse de un lugar a otro fue muy cómodo, me parece que elegir el Parque Simón Bolívar para realizar este festival fue una decisión muy atinada.
La distancia entre los escenarios en general no fue tan grande, y los escenarios no cruzaban sonido entre sí.
Cabe mencionar que gran parte del cartel eran bandas mexicanas.
Dio inicio el festival, algunos compraban playeras o cerveza, se tomaban fotos en todos los spots padres que había en todo el parque, mientras que otros corrían al escenario Cocuy a ver la presentación de Emir Kusturica and the No Smoking Orchestra, entre agradecimientos y muy buen ambiente, se desarrolló el concierto y todos se mostraron muy emocionados.
Fue un show muy divertido y muy integrado con el público. Posteriormente acudí a una de las presentaciones esperadas y con un cambio de horario: Molotov, quien cambió horario con Babasónicos.
Molotov se convierte en una de las bandas que se roba el show, pues con sus emblemáticas canciones pone a vibrar con el escenario principal y cierra con la inesperada canción "Rastaman-Dita" dejando un mensaje de cuidado y protección a las mujeres con la campaña #NiUnaMás.
Un poco más tarde comienza Babasónicos, con visuales en las pantallas, y sonando canciones como "Yegua", "Pendejo" y cerrando el show con "El colmo".
Esperaba que mi compañero de foto hiciera lo suyo, mientras deseaba tanto poder columpiarme en las hamacas que había debajo de los árboles, que se veían tan relajantes, simplemente imagínenlo, estar acostado, meciéndote mientras de fondo escuchas a uno de tus artistas favoritos, ¿Qué agradable sería no?, pero NO, tenía que ir al escenario Bosque Electrónico porque ya era el momento del tan icónico Silverio. Algo me decía que tenía que ir para allá, y es que no era para menos, quería ver las reacciones del público ante la presentación de su majestad imperial.
Aparece Silverio en un traje de lentejuelas plateadas y con una sonrisa genuina en su cara. Toma el micrófono que está envuelto en una franela roja y declara: “¡Aborígenes! ¡Sobrevivimos!”. Arranca la noche con canciones cómo "Yepa Yepa Yepa" y "Perro".
Su majestad nos da todo desde la primera rola, baila expresivo y frenético. Pasando unas cinco canciones Silverio comienza a quitarse las piezas de ropa, desnudándose poco a poco hasta quedar con su truza roja.
Había banderas mexicanas entre el público, lo ovacionaban cada que gritaba que era de Chilpancingo, Guerrero.
El público Colombiano en un principio se miró un poco confundido, no entendían que pasaba; pero conforme iba avanzando la presentación se iban contagiando de la música. Hasta la cara de los de staff era de sorpresa pero de risa al mismo tiempo, me imagino que pensaban qué que loco estaba ese personaje en calzones rojos, frotándose el micrófono en sus partes blandas cada que podía. Sin duda fue una presentación fuera de lo común, increíble.
Después de la locura, viene la calma y es ahí donde empieza Mon Laferte en el escenario principal con un escenario lleno.
Entre su repertorio de una hora, pasó por diferentes ritmos latinoamericanos; un show cargado de cumbia, salsa, boleros, pop y folclor. Mon Laferte lució una vestimenta bastante formal para la especial ocasión en Bogotá, un traje negro que combinaba a la perfección con sus cinco músicos que lucían totalmente de blanco.
"Por qué me fui a enamorar de ti", "Amárrame" y "Tú falta de querer" fueron solo algunos de los temas que nos regalo en su presentación.
En el mismo escenario, en punto de las 21:00 H empezaba Caifanes. Una banda mexicana con un lleno total, y es que creo que existen canciones que se escriben como autodiagnóstico de lo que uno tiene, sin maquillar lo que se siente, sin meditar profundamente cada una de las frases y en justa medida entregar lo que uno lleva por gracia en las venas, y justo eso es lo que nos da está banda.
Saúl Hernández, líder de Caifanes agradeció a “la raza”, sí, con esa palabra tan mexicana. Mencionó que más allá de partidos políticas, es la gente la que merece el aplauso porque es la que hace suceder el cambio verdadero; también recordó a los 43 de Ayotzinapa, le envió fuerza esperanzadora a Pascal, una persona cercana que libra una batalla contra la enfermedad, y le expresó un cariño especial a la bandera colombiana, que colgó de su micrófono.
Canciones como "Ayer me dijo un ave" , "Viento", "La negra Tomasa" y "Debajo de tu piel" fueron temas coreados de principio a fin. Al final de su presentación y extendiéndose por unos 10 minutos, Caifanes invitó a una banda de Mariachis cantando canciones como ‘El Rey’ teniendo una respuesta espectacular del público.
Para cerrar la noche teníamos a Mitú, con su techno selvático; podría parecer imposible calzar en una misma frase los conceptos techno y palenquero y sin embargo Julián Salazar y Franklin Tejedor, lo hacen. Mitú es el punto de encuentro entre tambores alegres y sintetizadores, entre la selva palenquera y la gran urbe de Bogotá, entre tradición y modernidad.
Julián, guitarrista de Bomba Estéreo y apasionado de los sonidos electrónicos y Franklin, percusionista de San Basilio de Palenque, han creado esta propuesta que integra estas dos herencias e influencias musicales, y el Festival Cordillera y su público los ha arropado de una manera impresionante, la gente estaba emocionada y feliz con su presentación.
Comenzó el día y una gran sorpresa fue que estuviera Frailejón Ernesto Pérez en el Festival Cordillera. El influenciador ambiental más querido de Colombia hizo parte de esta fiesta masiva para disfrutar de la música junto a las bandas de rock y música alternativa más reconocidas de Iberoamérica. Pero nos sorprendió a todos al acompañar en tarima a Aterciopelados, uno de los actos más esperados en el cartel de la edición 2022.
Aterciopelados llegó a calentar al público del festival con una dosis de rock colombiano que incluía desde canciones de su más reciente álbum, "Tropiplop", hasta sus canciones emblemáticas como "Florecita rockera", "Maligno" y "Baracunátana".
Gracias, muchas gracias a este público precioso que nos ha acompañado en este gozo poderoso”, cantaron los Aterciopelados mientras cerraban su presentación al ritmo de "Bolero falaz".
La vibra suave y cálida de Caloncho se esparció por el Simón Bolívar cuando salió a las 16:45 H al escenario Cotopaxi. Los asistentes al festival pudieron ver el atardecer de un día despejado al son de canciones como "Brillo mío", "Palmar" y "Chupetazos".
La sorpresa de Caloncho fue cuando invitó al escenario a Mateo Sujatovich de Conociendo Rusia, a quien describió como “un nuevo y gran amigo de esta gira”.
Alguien en la presentación de Caloncho lanzó al escenario al Dr. Simi, para hacer notar que había muchos mexicanos apoyándolo.
Muchos asistentes empezaron a concentrarse en el escenario Cotopaxi, sabíamos que faltaba poco para Julieta Venegas salieran a escena, me sumergí justo en medio de la plancha, entre gritos, cervezas y aguardiente en mano, banderas mexicanas que se pudieron ver entre el público, junto a panameñas, dominicanas, hondureñas, uruguayas, colombianas y cubanas que mostraron durante todo el festival el orgullo de los asistentes por ser latinoamericanos. Y boom! Sin darnos cuenta ya estábamos cantando con ella ‘Limón y Sal’ , ‘Andar conmigo’, ‘Lento’ y hasta el inicio de ‘Lo siento BB’; aplausos, gritos, y talentosa como lo es Julieta contagiándonos de alegría.
Al terminar, muchos aprovecharon para ir al baño, intentar hacer llamadas, comprar cerveza o simplemente descansar.
Con una presencia importante de público, el grupo mexicano Moenia se presentó para cantarnos canciones como ‘No tú ni nadie’, ‘Manto Estelar’, ‘Maldito dente’ y cerró con ‘Morir tres veces’. Fue una presentación como dicen los colombianos, ‘súper chévere, o sea una presentación de lujo.
Moenia mostró un proyecto musical de gran madurez en su formato musical y sobre todo en el marco conceptual de una generación que ha crecido junto al chip y a los programadores. Esto significa un modo, una manera, una forma de apreciar el entorno, comprenderlo y comunicarlo.
Muchos fanáticos salieron antes del concierto de Moenia en el escenario Cotopaxi para correr a la tarima principal y tener un buen puesto para ver a Zoé. La agrupación, liderada por el cantante León Larregui, dejó opiniones encontradas con respecto a su presentación.
Algunos disfrutaron de los éxitos de la banda, mostrando emoción en el rostro cantando canciones como ‘Poli’ , ‘Paula’, ‘Arrullo de Estrellas’ y ‘Azul’. Pero otros afirman que la presentación fue un fracaso debido al presunto estado en el que el Larregui subió al escenario. Esto le ha hecho ganarse fuertes críticas en redes sociales de personas que quedaron decepcionadas con uno de los que prometía ser de los mejores espectáculos del festival.
Su presentación comenzó 10 minutos tarde del horario indicado y terminó 15 minutos antes.
Mientras que el escenario Cotopaxi estaba casi lleno, y con el tan famoso “compermiso, compermiso” me inmiscuí en medio en la tan ansiosa espera de Café Tacvba, y es que el público empezó a concentrarse en el escenario 45 min antes de su presentación para tener un lugar más cercano al escenario. Dieron las 23:45 H y salieron a escena causando gritos y saltos. Todo el público llegó al éxtasis al corear `Las flores´, ‘Cómo te extraño mi amor’, ‘Eres’ y ‘Chilanga Banda’.
Ahí estaba Rubén, ofreciéndonos toda su energía y sus letras, entregándose a todos nosotros.
La noche fue simplemente mágica, de ensueño y con muchas emociones de por medio, dejando ver el máximo legado que la banda ha dejado en México y que comparte con el resto de los países, en este caso: Bogotá, y el porqué se mantienen tan vigentes en todos estos años a través de generaciones.
Rubén nos deseo al comienzo que nos fuéramos felices a casa, y se cumplió, pero no nos dijo nada de irnos también shockeados de emoción por tan tremendo setlist que tocaron.
Solo algunos pocos entienden que la felicidad se encuentra tumbado bajo la sombra de un árbol, en lo sencillo, en improvisar y dejar que la vida fluya; que en la simpleza se encuentra la grandeza; la vida es increíble y en ella existe gente inimaginable. Festival Cordillera nos dio dos día increíbles, llenos de fiesta, intercambio de miradas, baile, gritos, amor y FELICIDAD. Te vas a casa feliz y seguro de que valió la pena la cansada, el pagar cerveza cara y el frío. Todo valió la pena por estos momentos, al final cada uno de nosotros es la suma total de todos los momentos que vivimos, con toda la gente que conocimos, y esos momentos son nuestra historia de vida, como los más grandes éxitos de todos los recuerdos que pasamos y volvemos a pasar en la mente una y otra vez… Esperamos con ansias la segunda edición.