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Young / 2022
Salió a la luz el disco debut de Oliver Sim de The XX, en este disco titulado Hideous Bastard, el músico explora con maestría sonidos que anteriormente no habíamos escuchado en su participación dentro de la banda ya mencionada. Es justo esta gran diferencia entre la música que Oliver creó para este álbum y su estilo dentro de The XX lo que hace genuino y muy valioso este disco.
Algo que hay que mencionar es que Hideous Bastard parece estar dividido en dos partes, una en la que escuchamos las letras más densas y los ritmos más sombríos y la segunda es aquella que Sim nos mostró en los sencillos promocionales del álbum. "Hideous" abre el disco compuesto por 10 canciones y es un buen preámbulo que nos enseña la dualidad de la que se habla al inicio de este párrafo, la letra es oscura, la voz de Oliver es grave, lenta, misteriosa, pero nada más la canción supera los dos minutos de duración y unos gritos que se perciben liberadores y catárticos retumban en los oídos. Esta canción no es la única que combina elementos orquestales con beats sintéticos, esta amalgama aparece en otros temas como "Sensitive Child".
Oliver Sim se adentra en sonidos que anteriormente no sabíamos que estuvieran dentro de su mente y los ha expuesto de manera magistral. Piezas como "Romance With A Memory" y "Never Here", aunque comparten un ritmo similar, cada una utiliza diferentes sintetizadores que crean ambientes totalmente distintos. De hecho, podríamos decir que esos sintetizadores no podrían ser sustituidos por ningún otro sonido, no son solo son elementos que aportan una ambientación a las canciones, su labor también recae en acompañar celosamente la voz de Sim que, por momentos, explora tonos que transmiten diferentes tipos de emociones, prueba de esto está en la hipnótica manera de cantar de Oliver Sim en "Unreliable Narrator" o la calma y la paz que se detona cuando "Saccharine" es reproducida. Por otra parte en varias canciones podemos escuchar a Sim cantar a gritos sin desentonar con el crescendo de las mismas.
Ninguna canción es similar a otra, los 10 temas son cortes aislados que conforman un paisaje cavernoso que, en lugar de asustar al espectador, lo incita a quedare apreciando la obra completa más tiempo para así ir descubriendo elementos que no son perceptibles tan fácilmente en una primera apreciación. Incluso las canciones que ya habíamos podido escuchar anteriormente en forma de singles tienen mucho detrás, elementos que no salen sobrando sino que complementan las pistas detrás de la voz de Oliver. En "GMT", por ejemplo, durante una primera reproducción no terminas por dimensionar todas las capas que Sim puso sobre la música, hay coros a boca cerrada y a boca abierta, hay notas de piano, la voz de Oliver superpuesta sobre su mismo cantar, beats de drum machine, un bajo que acompaña lo que va desarrollando la letra, es todo un deleite escucharla varias veces e ir descifrando más elementos con cada reproducción.
Hideous Bastard se fue creando por más de tres años, tiempo suficiente para obtener un resultado de alta calidad y que se siente terminado en un 100%, cada tema se percibe logrado en su totalidad, como si Oliver Sim nos quisiera mostrar este álbum solo hasta estar totalmente seguro de haber obtenido el resultado que tenía en su mente. La lección que podemos aprender de este disco (si es que hay una) es la de no ser tan duros con nosotros mismos y considerar rutas de evacuación para las emociones y sentimientos que oprimen nuestro ser de vez en cuando, todo puede ser divertido, todo puede ser fatal, o un poco de ambas, pero el negar algo no lo hará desaparecer.