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"Ay, ojalá estuviera yendo a tocar a México” me dice Sophie Allison, quien desde el 2015 viene publicando música bajo el nombre Soccer Mommy, luego de comentarle que me encantó el disco pero que pensé que la entrevista era porque visitará el país del norte. En una conversación súper corta, pero enriquecedora, pudimos hablar de lo circular de la música, la angustia que se renueva con cada década, qué significa cambiar de ambiente luego de tu primera pandemia mundial, cuando te dedicas a crear música; y por supuesto, su tercer álbum de estudio Sometimes, Forever.
Con el pasar del tiempo y agarrando ya unos cuantos años he empezado a preguntarme de dónde venía esa profunda tristeza que me estrujaba en las noches de mis veintitantos, cuando no encontraba salida a los terrores de la vida. Era una profunda tristeza que no mostraba su raíz, y entendí que no era un temor que me visitara solo a mí, y que era algo que Shirley Manson de Garbage, Courtney Love de Hole y Harriet Wheeler de The Sundays conocían muy bien. Cada una en su estilo personal, por supuesto. En cada una de ellas pensé la primera vez que escuché Sometimes, Forever. El sonido de esa angustia se siente en las melodías del nuevo álbum de Soccer Mommy.
"A mí me encanta The Sundays, de todas maneras hay influencia de ellos en lo que hago” me cuenta riendo. Esta influencia se siente particularmente en la cadencia de “With U”, que relata la forma en cómo uno se rinde al dolor del amor con tal de sentirlo: “I’ll take the pain,feel it every day / Just to have you look at me”. ¿Vale la pena enamorarse, sufrir, sentir con toda tu alma, perderlo todo por una oportunidad de ser feliz, aunque la posibilidad de sentir dolor también exista? No tengo ni idea. Como en “Don’t Ask Me”, donde dejas de perseguir algo que honestamente no sabes bien qué es, y simplemente dejas que suceda: “No more fire in my veins / My will is gone and I don’t feel a thing”.
Habló de la angustia que sentía hace algunos años porque hoy se siente diferente. Y no es que no sienta angustia hoy, es que la realidad de mis responsabilidades consiguen que me enfoque en la posible hecatombe de la próxima semana más que en la que puede pasar en el 2040. De todas formas, el nivel de acceso a la información que tienes no te permite hacerte de la vista gorda y es súper fácil sucumbir al fatalismo, sobre todo si no tomas tu medicina. Una de mis favoritas del disco, “Darkness Forever”, lo describe mejor que yo: "It’s darkness forever, a cold sinkin ocean / I want to feel the warm of releaf”.
Por eso se siente esa ansiedad en otras artistas de su generación, como Snail Mail.
A mí me encanta Lindsay Jordan, es mi amiga y me conecto con ella en diferentes niveles, pero creo que va más allá de ser jóvenes músicas en el estilo que hacemos, sino en general, como la gente joven se siente con respecto al futuro. Todos tenemos diferentes perspectivas sobre lo que pasa ahora pero lo que tenemos en común es que hay mucha incertidumbre sobre lo que va a pasar con la economía, y el planeta. Cuando vemos el futuro no sabemos si nos vamos a retirar cuando tengamos 65 años, tener una vida tranquila en el final de nuestros días, que es lo que es supuestamente ideal, y eso genera mucha ansiedad. Podrías escribir una canción de amor pero dónde se va a desarrollar ese amor si no puedes comprar una casa y vivir esa estabilidad que esperas. Si lo consigues, no sabes si lo mantendrás o no.”
Como dice “Feel It All The Time”, a veces la mejor solución es bajarle el volumen a la realidad a pesar de que sabes que tendrás que volver a ella: “So I’m gonna drive out for sunshines / Drown out the noise and the way I feel / But even the light is so temporary / And I see the dark at the back of my heels”.
Y claro, también está la angustia de morir en soledad sin encontrar el amor duradero que te quiera incluso cuando te obsesiones con la versión de Barbie de Greta Gerwig es muy real, pero a veces no se puede enfrentar más de un temor a la vez. Enfrentarse al deseo de querer ser visto y reconocido, pero a la vez no permitir que lleguen más allá de la primera capa que dejas ver, porque cuando sientes muy fuerte puede ser difícil de controlar "I don’t know how to feel things small / It’s a tidal wave or nothing at all”, como dice en “Still”, la canción que cierra el disco.
En su entrevista con Pitchfork sobre este último álbum, habla mucho sobre su reciente mudanza a una nueva casa que está convirtiendo poco a poco en su hogar, y le pregunté cómo se sentía empezar a hacer música en un nuevo espacio:
Solo he escrito un par de cosas desde que vivo aquí, pero ha sido diferente. Tener un ambiente pacífico, especialmente luego de haber salido de cuarentenar en una casa pequeña con muchos problemas propios de una casa antigua, se siente diferente. Liberarme de esa preocupación me ha dado tiempo para tocar, y la música que he escrito aquí se siente precisamente pacífica y cálida. En ese aspecto sí ha influido un poco”.
En este punto, pregunté además qué piensa sobre el supuesto de que el artista tiene que sufrir y pasarla mal para producir arte que toque profundamente a la gente.
Definitivamente creo que sufrir es un medio para descubrirte y transformarte a ti mismo. Pero también creo que puedes descubrir mucho sobre ti y sobre el mundo y la gente sin tener que sufrir. No sirve para todo, no todos necesitamos sufrir constantemente para hacer la mejor música de nuestra carrera. El mantener el interés en descubrir sonidos, personas, espacios, emociones nuevas, es lo que hace que el arte sea interesante. Eso puede venir del sufrimiento, de la pérdida, de tener el corazón roto, sí, pero también de todo lo bueno que
pasa en tu vida.”
Así como no solo de las dificultades salen los grandes artistas, el mundo no tiene que ser perfecto para que seas feliz. Sí, el agua potable se puede estar acabando, pero si tienes a alguien con quien llegar al fin del mundo al menos no te sentirás solo. Alguien a quien decirle “Whenever you want me, I’ll be around / I’m a bullet in a shotgun waiting to sound” en “Shotgun”.
Hermanadas en el Covid, entre tos y tos yo hacía preguntas y ella contestaba. “Estoy a punto de salir del Covid también”, me dijo cuando le conté que estaba a puertas de que me den de alta. Pueden decir que es una gripe más, pero a mí me dio terror los primeros días y para Sophie no fue extraña esa sensación “Menos mal nos ha dado cuando ya hay vacunas y sabemos cómo podemos manejarlo”. Nos despedimos con la promesa de tener una oportunidad donde podamos hablar más tiempo y con menos tos.