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La agrupación liderada por Harry Young ha logrado mantenerse fiel a su nombre desde su presentación al oído público a inicios de 2017, convirtiéndose en uno de los proyectos actuales más nutridos en materia musical. Desde el psych pop eléctrico presentado en su álbum debut y homónimo, hasta los distintos hilos melódicos que podemos encontrar a lo largo de World Wide Pop; ambient, dance, indie, industrial, hyperpop, trip hop, rap y una multitud de ear candy que no hacen más que elevar esta sensación de multiplicidad sonora vuelta una.
Así, y con el reciente lanzamiento de su segundo larga duración, nos dimos a la tarea de conversar con el frontman y guitarrista sobre los retos que implicó la producción del nuevo material, la atmósfera personal que permeó la composición de las canciones y una reflexión más que humana sobre mantener las conexiones con nuestros seres queridos, acercándonos a través de un gesto cálido o, más usualmente, la música que nos unió en primer lugar.
El lanzamiento de World Wide Pop vía Domino Records el pasado 15 de julio acentuó el estado de la banda dentro de una nueva etapa, siendo recibida con el mejor de los rostros por Young y compañía tras los últimos dos años.
Me siento realmente bien, hombre. Ha pasado un tiempo desde la última vez que lanzamos algo. Con lo interminable que se sintió el confinamiento, llegué a pensar que no podríamos materializar el lanzamiento, pero ahora que realmente sucedió me siento genuinamente feliz”.
El ahora del proyecto se nos presenta profundamente marcado por la intención de nueva música tras la salida de Emily, Ruby y Robert Strange, develando direcciones sonoras más allá de las exploradas en trabajos pasados.
“El cambio en la alineación fue algo bastante natural, nuestra idea inicial jamás fue tener un lineup fijo. Algunas personas durante la pandemia reorganizaron sus prioridades y decidieron seguir por camino distintos. Si bien fue un shock a la dinámica de la banda, resultó genial. Nos permitió ir a otros lugares sonoros, probar nuevas cosas, algunas de las canciones iniciaron solo como jams de estudio, lo cual no sucedió con el primer álbum donde se trabajó de manera remota. Con World Wide Pop lo sanitario nos tomó obviamente por sorpresa, obligándonos a volver al trabajo a distancia, pero el primer LP era un proyecto a distancia desde el inicio. A comparación de Superorganism, diría que en algunos puntos son muy similares y, en varios otros, infinitamente distintos. Ante todo es una sensación con la que nos resultó realmente fácil fluir”.
El resonar de los integrantes con la línea perseguido a lo largo del LP parece haber sido crucial al momento de reestructurar la dinámica de la banda, terminando con un producto no solo artísticamente disfrutable, sino conceptualmente vibrante.
“Al final, se trata de un disco bastante optimista. La idea detrás del proyecto es inherentemente optimista; el hecho de que trabajar con otras personas es siempre preferible a estar separados, resulta de una mejor manera. El álbum toca varios temas a nivel personal y se expande hacia lo social, algunos realmente difíciles ¿sabes?, cosas como el estrés continuo de estar en tour o la incertidumbre del colapso social. Exploramos esas posibilidades llegando a la conclusión menos fatalista; saber que, al final, todo saldrá bien”.
Si bien el álbum, en palabras de Young, es decididamente optimista, el juego de armonías aunado a las costas temáticas con las que flirtea podrían no dejarlo tan en claro. Sin embargo, esta libertad interpretativa es en lo que el frontman deposita un mayor valor al momento de encarar el juicio humano, “La interpretación personal de una obra de arte es buena parte de su magia, la intención del artista reside en la manera en que la recibes”. Hablando de la subjetividad, el músico dirige su opinión sobre el larga duración bajo el estandarte de empatía artística, evolucionando la sensación comunal que ha caracterizado a Superorganism desde sus inicios.
“Para mí el álbum es un ejercicio de autoindulgencia, explorar el estrés, la ansiedad y la emoción de volvernos conocidos, tourear por el mundo; una especie de sesión terapéutica grupal. Avanzando sobre la composición del álbum, recuerdo un día especialmente horrible aquí, en Londres, donde todo giraba alrededor del cambio climático, pandemia, políticas globales, una patada tras otra. Empecé a darme cuenta de que todos los malos tragos emocionales, estando de gira o en aislamiento, venían de una panorama mucho más extenso de lo que imaginaba. La intención de una terapia comunal cobra aún más sentido sabiendo todo esto, espero que las personas resuenen con esto en un sentido igual de amplio”.
La intención de humanismo sale a relucir con el contraste de lo sonoro, destacando canciones como “crushed.zip” o “Everything Falls Apart” donde el virtuosismo de producción reluce por la creación de soundscapes tan envolventes como caóticos, llevando al disco por terrenos aún más estridentes.
“Creo que todos nosotros nos sentimos constantemente bombardeados por el mundo, abrimos el teléfono con todos estos puntos rojos de redes sociales y noticias amarillistas, siempre tratando de vendernos algo o convencerte de tal postura, todo el día, todos los días. Justo ahora siento que hay demasiadas cosas pasando al mismo tiempo. A nivel de producción, trato de apelar a ese sentimiento abrumador. 'crushed.zip' y 'Everything Falls Apart' se sitúan en el polo más ansioso del álbum, pero al mismo tiempo mantienen el balance del resto de canciones, todo está hilado por relaciones realmente delgadas; estar en una banda, tu estado mental, todos estos pensamientos sobre el estado de la sociedad. Tratamos de recrear esa sensación de fragilidad en cada track, como si todo pudiera desmoronarse en cualquier momento”.
Manteniendo en mente la fragilidad de lo que nos rodea, resulta más que natural tener estos pequeños escapes del día a día, ya sea con actividades específicas o simplemente dando un paso atrás para poner en contexto los vínculos y situaciones que hemos procurado. Para Young, la pausa social parece ser el camino mediante el cual aviva la chispa creativa no lejos de la sanidad mental. “Creo que me alejo de todos. Es casi divertido, siendo un artista profesional deberías encontrarte más en contacto con el mundo, pero para mí es realmente estresante. Encuentro alivio al escuchar música vieja o piezas instrumentales, Brian Eno y esa clase de sonidos, es muy relajante. También procuro salir con amigos que no son parte de la industria musical, mantener mis pies en la tierra”.
Llegados a este punto, vale la pena preguntarnos por el balance del inglés entre las escapadas antisociales y el mantener contacto con sus seres queridos, siendo una línea tan frágil (o aún más) con el resto de relaciones que mantienen girando al mundo.
“Me mudé de Reino Unido a Nueva Zelanda cuando tenía trece, así que nunca tuve realmente ese sentido de hogar o pertenencia. Mantener las relaciones con personas que me importan estando al otro lado del mundo era más que complicado, justo ahora mis padres siguen en Nueva Zelanda y yo estoy en Inglaterra, mantenernos cerca durante los últimos años fue realmente duro, con todas las fronteras cerradas. No diría que encuentro un buen balance, lo intento, realmente lo intento, pero, creo que debería llamar a mi mamá más seguido. Es difícil encontrar el equilibrio sin dejar que la vida se interponga, no dejar que el pasto crezca sobre todas esas personas que te importan”.
La intención de cercanía parece alcanzar a cada uno de una u otra manera, siendo el arte y el sonido uno de los medios más sinceros para expresarle, viendo amigos en conciertos, dedicando álbumes enteros o resguardando la memoria de quienes nos importan en las armonías que nos conmueven. Superorganism parece más que consciente de este gran cliché humano, mostrándolo con la sensibilidad que se merece.
“Me gustaría pensar que nuestra música ayuda a las personas a encontrarse unos a otros. Ha habido shows en los que vemos algún grupo de personas, riendo juntas, y luego nos enteramos de que de hecho se conocieron en el concierto. Las personas congenian y se vuelven amigas a través de la música que hacemos. Es realmente bello”.
Nuestra plática con Harry Young terminaría con un más que agradable sabor de boca y la promesa de un regreso al territorio nacional, siendo más que celebrado por todos quienes disfrutamos de la música de los europeos.
La última vez tuvimos uno de los mejores shows de nuestra vida en el Corona Capital en 2018, amé la ciudad. Espero que podamos volver muy pronto a México”.