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Tras el deceso de Kurt Cobain, vocalista de la banda Nirvana, solo existieron dos soluciones para el resto de los integrantes: que sus carreras se esfumaran en el recuerdo o emprender un viaje emergente como vil ave fénix de las cenizas. Por fortuna, Dave Grohl tenía hambre creativa de seguir en la industria musical.
Desde esta perspectiva nació Foo Fighters, una de las bandas estadounidenses que revolucionó la década de los noventa a través de sonidos psicodélicos y energéticos del género grunge neto. Una esencia que demostró en 1994 con su primer disco homónimo, mismo que se consolidó con temas inéditos que Grohl escribió durante sus años gloriosos en Nirvana.
Tal fue su gran éxito que el mismo artista emprendió otro ciclo musical con más integrantes que, en cierta medida, le dieron un toque especial al proyecto. Y como era de esperarse, la agrupación lanzó su segundo material titulado The Colour and the shape, el disco del año que sigue rompiendo fronteras tras 25 años de su debut.
Con Nate Mendel en el bajo, Pat Smear en la guitarra rítmica y William Goldsmith en la batería, Dave supo que estaban listos como colectivo para grabar el segundo disco de Foo Fighters. Una idea que llegó a los estudios Bear Creek y que fue materializada por Gil Norton, mejor conocido por ayudar a los Pixies en sus producciones.
Sin embargo, el disco terminó de consolidarse en las cabinas de Grandmaster, ubicadas en el núcleo de Los Ángeles, California, donde la agrupación se envolvió en sentimientos introspectivos que dieron como resultado 14 nuevos tracks. Cada uno está diseñado para parecerse a una sesión de terapia de canciones animadas y baladas en conflicto.
Con el éxito en popa y un reconocimiento a full, el nuevo material discográfico vio luz el pasado 20 de mayo de 1997 bajo el nombre The Colour and the Shape. Un proyecto que fue compartido por el sello Capitol y Roswell y bien recibido por las críticas de los especialistas y el público en general.
Este se posicionó como el punto de inflexión del rock moderno tras vender dos millones y medio de copias en el mercado musical y alcanzar el número 10 en la lista de Billboard 2000 con "Monkey Wrench", "Everlong” y "My Hero". Más tarde, el éxito abrazaría al nuevo baterista Taylor Hawkins, quien terminó de dar un plus a la banda con los siguientes álbumes.
No cabe duda que The Colour and the Shape demostró el talento y vocación que tenía Dave Grohl al dejar su antigua vida con Nirvana. Una sombra que supo desprenderse al compartir uno de los discos más emblemáticos de los noventas y que, hasta la fecha, sigue gozando de un reconocimiento abismal en el terreno musical.
La fórmula que utilizó Foo Fighters es simple: crear un material introspectivo que te abrace y acompañe en cualquier momento de la vida; aquel que quede anclado, sorprenda y no pierda el interés a pesar del tiempo. Esa es la esencia de un trabajo que marcó a cientos de generaciones.