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Dios del trueno, apiádate de nosotros. La lluvia torrencial cubría la CDMX, sin embargo no habría diluvio que nos impidiera llegar a nuestra cita en el Frontón México.
Miles de personas agotaron en su totalidad las localidades para una noche maratónica, donde disfrutamos de un extenso set de 3 horas de nuestros australianos favoritos: King Gizzard & the Lizard Wizard.
Mengers fue la banda telonera de la noche, calentando los motores del público con su música llena de fuzz y distorsión, alentando a todos a desatar el moshpit en la saturada pista.
Antes del show estelar, Hipnosis nos sorprendió con los primeros confirmados para su nueva edición, con Osees, The Black Angels, Shame, Psychedelic Porn Crumpets, Babe Rainbow y El Universo, desatando los gritos de los asistentes que han hecho crecer esta comunidad Hipnosis.
Una cuenta regresiva de 15 minutos con visuales lisérgicos Lo-Fi aparecían en la antesala del concierto, y cercano el último minuto harían su aparición sobre el escenario cada integrante de la banda, acompañados de una bandera de México y la máscara de El Santo, viejo icono de la Lucha Libre, siendo los últimos 10 segundos fuertemente coreados por la multitud los que darían inicio al concierto, de la mano de “Crumbling Castle”.
Lagartos inflables volaban por encima de la multitud, “Venusian 2” eleva los decibeles, la gente no se guarda nada y corea fuertemente, la música no para, ahora suena “Predator X” por primera vez en CDMX y los acérrimos fanáticos la disfrutan de inicio a fin hasta que “Mars of the Rich” corona los primeros temas llenos de trash metal y psych rock.
“Hot water” y “Shanghai” le brindaron un poco de calma a este arranque enloquecido, permitiendo recargarse un poco para volver a desatar la locura a ritmo de “People-Vultures” y “Mr Beat”.
“Persistence” y “Oddlife” nos describen cual amantes del rock y el headbanging, encaminándonos al brutal combo que “Nuclear Fusion”, “Pleura” y “K.G.L.W” formaban, llevándonos al límite del éxtasis de la euforia colectiva.
Nuevamente haría aparición la cuenta regresiva de 15 minutos, siendo esta un gran intermedio para refrescarse un poco luego de una primera mitad del show sumamente extenuante. El rostro de la gente denotaba suma felicidad por lo acontecido, siendo imposible ocultar la emoción por lo que venía.
I’m in Your Mind Fuzz, aquél álbum enigmático del año 2014 cobraría vida esta noche, pues sus primeros cuatro tracks sonarían uno tras otro, siendo “Cellophane” el clímax. Así arrancaba esta segunda mitad del show, de forma explosiva e intensa.
Un momento de psicodelia chill nos transportaría a otra dimensión gracias a los coloridos visuales y el sonar de “Plastic Boogie” y “Magenta Mountain”, la gente pendulaba alegremente al suave compás de los teclados mientras el sudor por este caluroso show cubría nuestra cabeza.
El poder se siente fluir desde los primeros acordes de “Planet B”, la gente canta con fuerza y se deja llevar por el júbilo multitudinario, sin grandes pausas, “Gaia” realza nuestro espíritu guerrero y desgarra nuestras gargantas, concluyendo este colapso de energía al ritmo de “The River”.
El final de esta noche maratónica se avecinaba, y contrastando con este set lleno de energía y psicodelia, “Work This Time” cubriría la atmósfera con las luces de los celulares de los asistentes que gozaban de la plausibilidad de este suave tema y cantaban con fervor y entusiasmo. Finalmente, el tema abridor de su último álbum concluiría el recital con un viaje de texturas, ritmos y emociones a lo largo de poco más de 18 minutos en donde KG&LW dejó todo sobre el escenario, al igual que nosotros sobre la pista de baile en cada nota de “The Dripping Tap”.
Este show fue por mucho el mejor que haya tenido King Gizzard & The Lizard Wizard en CDMX, pues la sinergia entre la banda y el público fue la constante durante este largo set, dejándonos atónitos al apreciar el gran potencial creativo y técnico de esta talentosa agrupación. Gracias Hipnosis por darnos la oportunidad de tener una historia más que contarle a nuestros nietos.