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El segundo disco de LCD Soundsystem, Sound of Silver, cumple su decimoquinto aniversario. El proyecto encabezado por James Murphy, quien se erigió como una figura central de la música independiente en la escena neoyorquina, principalmente por otorgar ese toque “bailable” a grupos de rock como The Rapture o Hercules and Love Affair, a través de su sello DFA, fundado junto a Tim Goldsworthy, creando un sonido que les permitió romper la barrera del mainstream. Ahora, no sólo se trataba de colocarse en listas especializadas, daban el salto a bandas sonoras, comerciales, charts y programaciones constantes en radio y televisión, ya no debías esperar a medianoche ni buscar MTV2 para ver un video de ellos, eran parte de la rotación habitual.
El grupo venia de un debut irregular, porque, más que un álbum, se sentía como una recopilación de sencillos, que lo era, ya que se presentaban canciones que LCD Soundsystem había producido desde inicios de los 00´s. A diferencia de este segundo material, el cual se convirtió en un clásico inmediato. Difícil de clasificar y encasillar en un género, ya que el dance punk, art rock, electropop, o cualquier combinación de ellos funciona para describirlo, pero ninguno logra hacerlo de manera cabal. Temáticamente es desolador, con liricas que narran un periodo de transición, como es habitual en Murphy.
Los sentimientos de pérdida, depresión, miedo al cambio y el tedio de la repetición, son vividos a través de sus 9 tracks. Con un inicio muy audaz “Get Innocuos!” que sonoramente recuerda mucho a “Losing My Edge” con la cual se dieron a conocer, describe la difícil relación de la música con la fama; ejecutivos, managers y público en general, con sus expectativas difíciles de cumplir, el ambiente que te absorbe y el vacío de la mañana siguiente. Es con “Someone Great” que bajamos un escalón en la escala de ánimo, pero subimos otro en calidad musical, es el punto de inflexión del disco. Un tema sobre el luto y el desconcierto ante la ausencia de una persona con la que se tuvo una relación tan íntima.
Funciona para ruptura amorosa, pero el trasfondo real es el fallecimiento del terapeuta de Murphy. “All My Friends” uno de los himnos de la banda, nostálgica, abrumadora y que nos pide avanzar a pesar de nuestro deseo profundo por retroceder. “Us v Them” nos remarca la diferencia, este discurso es de arriba para abajo, del escenario a la pista, nosotros contra ellos, una y otra vez.
El golpe final viene con “New York, I Love You But You´re Bringing Me Down” una carta de amor a su ciudad, pero también un reclamo ante la transformación que empezaba a tener. Porque precisamente eso sucedía, la crisis económica del 2008, aceleró un proceso de cambio político, económico y social, aunado al generacional. Los older´s millennials perdían todo de la noche a la mañana y los que salían de la adolescencia caminaban sobre los pedazos de las promesas rotas. Alguien había prendido las luces del club y LCD Soundsystem todavía sonaba de fondo.