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Cate Le Bon — Pompeii

8

Cate Le Bon
Pompeii

2022

Artista(s)

Cate Le Bon

04/Feb/2022

Un viaje redondo por la tragedia y la existencia con Cate Le Bon como guía.

A medida que la fama de la cantante galesa crecía y se convertía en una de las favoritas de la crítica especializada, Cate Le Bon logró algo que no todos pueden hacer: mantuvo el enigma, la esencia del misterio. Todos estamos buscando algo en Le Bon, ver el mundo a través de sus ojos y lo extraño es que ella nos lo permite. En cada disco ha tenido la paciencia de explicar su proceso creativo y contar el concepto detrás. Aun así, siempre nos sorprende y siempre estamos ansiosos por lo siguiente que hará.

Cuando se trata de Cate Le Bon, somos individuos que mueren de curiosidad, pues muy por encima de los charts y los premios, con cada disco el punto de comparación es el uso del ingenio, cómo plasmará sus ideas y preguntas en las letras de cada tema y cómo contagiará las emociones de incertidumbre con su música.

Este 2022 llegó Pompeii, su sexto álbum de estudio, una ventana a su singular experiencia de la pandemia: cómo tuvo que huir de Islandia, el dilema de sentirse afortunada o apenada por lo que pasaba a su alrededor y cómo fue el refugiarse en una casa en Cardiff donde ella vivió cuando tenía 20 años.

Comenzamos con “Dirt on the Bed”, canción que nos lleva directamente a esa casa y cómo la sensación de lo familiar puede jugar con tu mente, cómo el recordar dónde están los interruptores te permite reclamar emociones que habías olvidado. No llevamos ni dos minutos y ya estamos ante en un dilema filosófico: “¿Somos nuestros recuerdos queramos o no?”. Le Bon parece querer llevarnos a la catarsis reduciendo nuestra existencia a simples archiveros que respiran.

El debate existencialista recorre todo el disco y surge de diferentes formas, con diferentes preguntas, por ejemplo en “French Boys” ataca de frente nuestra búsqueda de identidad, cómo deseamos convertirnos en algo único y terminamos siendo el peor de los clichés.

Ahora, no todo son letras cargadas de dudas filosóficas, de hecho la música llega a ahogar el peso de las letras en la gran mayoría de las canciones, como en “Harbour”, que nos obliga a enfrentarnos con nuestros últimos momentos pero con una tonada que te es imposible no disfrutar. Algo que puedes notar desde el principio es que, en comparación con su último trabajo, la intérprete se arriesga con un sonido mucho más accesible y cercano a lo pop, aunque eso nos de una combinación agridulce.

La base de este material es el funk y los adornos son jazz, una combinación conocida y que nos lleva en un viaje sin escalas al 2013, uno de los mejores momentos de la cantante, cuando sacó Mug Museum, el disco con el que muchos nos terminamos de enamorar de este proyecto.

Ahora, hay diferentes momentos destacados en este disco, comenzando con “Moderation”, tal vez la canción más radiante de Pompeii, un tema que nos transforma en entes deseantes movidos por nuestros hábitos.

También el mismo “Pompeii”, sencillo que le da nombre al disco, es otro de los puntos clave, pues es la canción más elaborada y donde Cate Le Bon se pone el reto de hacernos chocar con la triste verdad de que todo rastro de nosotros puede desaparecer en un instante.

Si hay un problema con este álbum, es que a partir de “Running Away”, todo se vuelve un poco homogéneo e incluso flojo. Es como un ensayo que hiciste un día antes de la entrega, comienzas fuerte y finalizas con la única intención de entregar algo. Por ejemplo, “Cry me Old Trouble”, que no lo considero un mal track, se ve pequeño en comparación con los temas más fuertes del disco por su letra redundante y porque peca en caer en lugares comunes.

Afortunadamente Pompeii cierra bien con “Wheel”, una canción edificante y una despedida solemne en la que nos deshacemos de ataduras ¿la preocupación de nuestra existencia tal vez? Agradezco que Cate Le Bon nos haya llevado a lo más profundo de sus inquietudes, pero estoy más agradecido que no nos haya dejado a la deriva en medio de su crisis.

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Beirut —  Artifacts

7

Beirut
Artifacts

2022

Artista(s)

Beirut

04/Feb/2022

Una inmersión en el archivo del recuerdo, la nostalgia o cualquier otro sentimiento de un chico adolescente.

En ocasiones regresamos al pasado con tal de revivir aquel mar de emociones que nos hizo ver la vida con otra perspectiva. Una inmersión a la que recurrimos con frecuencia para inspirarnos en nuestro día a día ; mismo viaje que experimentó Zach Condon al abrir el baúl de su adolescencia y crear nuevas líricas para Beirut.

Lo que comenzó con un viaje a la memoria y al sentimiento, más tarde se convirtió en un pasadizo de canciones amadas, olvidadas y que nunca han visto la luz del día; de reminiscencias, arrepentimiento, orgullo y amor. El conjunto perfecto que marcó a Artifacts, el más reciente proyecto discográfico que lanzó la banda estadounidense a principios de año.

La colección incrementó a medida que Zach alumbraba con su antorcha lo que tenía en la bóveda, donde las pocas pistas inéditas de sus primeros pasos en la música tomaron protagonismo y se transformaron en 26 temas de corta y larga duración. Un archivo de versiones, rarezas y caras que se remontan a una esencia fresca pero hogareña.

El funcionamiento interno que yace en el álbum se divide en cuatro perspectivas de un chico adolescente: lado A, B, C y D; compuesto con gemas ocultas que brindan una sensación de tranquilidad y relajación. La primera mitad del disco muestra los procesos introspectivos de lo que acontece en nuestro alrededor y que lleva como nombre Lon Gisland, Transatlantique, O Leãozinho, en el que destaca el tema "Elephant Gun".

El segundo apartado, titulado The Misfits, es más experimental y está repleto de fascinantes callejones sin salida con ideas creativas y pensamientos de arranque. Es allí donde radican las melodías suaves y dulces, donde "Fyodor Dormant" se roba el espectáculo sonoro.

El lado C y D, titulado simplemente New Directions and Early Works y The B-Sides, son unas completas cajas de rarezas, desde composiciones teñidas de electrónica hasta el sutil sonido del lounge jazz de la nueva canción "Fountains and Tramways".

Es así como el disco de Beirut nos presenta los hilos que atraviesa un ser en el romance, la poesía, las voces dulces; el pop o cualquier otra variante. Un material que revela una calidad ambiental ambiciosa y a veces melódica, pero que es difícil de digerir de una sola vez.

A pesar de que Artifacts nos lleva al universo de Zach Condon con bandas sonoras instrumentales, himnos indie conmovedores y bocetos experimentales. Este no se puede apreciar por la densidad de sentimientos que junta en un solo material, ya que provoca que sus fanáticos lleguen a la mitad del camino y se pierdan una inmersión estética de pensamientos.

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Cate Le Bon — Pompeii