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Miles Kane — Change the Show

7

Miles Kane
Change the Show

BMG / 2022

Artista(s)

Miles Kane

02/Feb/2022

Cargar el arma sin atreverse a disparar.

Ex frontman de The Rascals, mitad clave de The Last Shadow Puppets y portador de una sólida carrera en solitario desde su debut en 2011, Miles Kane ha logrado convertirse en uno de los músicos ingleses más relevantes de la última década, puliendo los límites del indie rock angloparlante y labrando un sonido reconocible a todas luces. En esta ocasión (y cobijado por la discográfica BMG ) el británico nos entrega su cuarto larga duración, mezclando guitarras chispeantes con multitud de recursos soul, gospel y guiños jazz a lo largo de 11 disfrutables tracks.

Miles Kane - Change the Show (Banner)

Los sencillos previos al lanzamiento de Change the Show dejaban entrever las ganas de experimentación desbordadas por Kane para este nuevo material, prometiendo la adopción de metales y apoyos corales como segunda naturaleza. “Tears Are Falling”, corte inicial del LP, nos deja con esas ganas de explosión anunciada por los adelantos, siendo saciadas casi inmediatamente por “Don’t Let It Get You Down” en el segundo puesto, encontrándonos rápidamente con la pista más destacable de todo el álbum.

Trompetas, guitarras surf, arreglos sutiles en piano, energía vocal y un emocionante interludio percutivo hacen del track número dos una avalancha emocional lograda en todas direcciones.

La aparición de Corinne Bailey Rae en “Nothing’s Ever Gonna Be Good Enough” mantiene la tensión suficiente para no sosegar el impulso ganado, disipándose lentamente al pasar de “See Ya When I See Ya” y tirado ligeramente arriba con “Never Get Tired of Dancing”.

Llegados a la mitad del material con “Tell Me What You’re Feeling” el problema resulta ya más que evidente; estamos jugando a lo seguro. Aún con los flamazos de instrumentación la mezcla de géneros se queda únicamente en recursos de producción (de no ser por pasajes específicos), la estructura de las canciones les impide explotar completamente o precipitarse sobre sí mismas para crear una sensación de realidad y contraste. Avanzamos en la medianidad de sensaciones sin palpar el riesgo del que Kane parece haber escapado, prefiriendo la efervescencia ligera a una lucidez vulnerable.

“Coming of Age” junto a “Constantly” nos presentan ese feeling de aire y dulzura que no habíamos encontrado hasta el momento, resguardando sonoramente al corte que da nombre al disco. “Change the Show” resume todos los aciertos y pecados encontrados a lo largo de este larga duración, cautivando por el universo melódico de Kane pero con esa criticable falta de empuje final.

Change the Show nos despide con otro de los nuevos himnos para el europeo, retratando una sensación de originalidad, euforia carnavalesca y buena vibra desmedida en “Caroline”, acentuando la energía de los puntos altos para dejarnos diluir a la merced suave de “Adios Ta-ra Ta-ra”.

Aún con el intermedio sabor de boca con el que nos deja el material, Kane entrega un trabajo disfrutable de principio a fin, apuntando a la exploración sonora y lográndole de manera extraordinaria por momentos. Esperamos que este cuarto material sirva más como plataforma de transición y podamos escuchar de lo que el británico es capaz en un futuro cercano.

 

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Silvana Estrada — Marchita

10

Silvana Estrada
Marchita

Glassnote Records / 2022

Artista(s)

Silvana Estrada

Todo lo que se puede lograr con la voz.

Silvana Estrada llega con un nuevo álbum de estudio, el segundo en su discografía y el primero que tiene solo a su nombre (ya que su lanzamiento anterior, Lo Sagrado, lo realizó de la mano del guitarrista de jazz estadounidense Charlie Hunter).

Marchita fue grabado en la casa-estudio El Desierto, a las afueras de la Ciudad de México. Es un álbum que se siente íntimo pero grande al mismo tiempo. La voz de Silvana, fuerte y dulce a la vez, toma todo el protagonismo en un recorrido musical cuya emoción principal es la tristeza, acompañada siempre por una sensación de fuerza y dignidad.

El disco arranca con “Más o Menos Antes”, una pieza tranquila, compuesta solamente por la voz de Silvana y el cuatro venezolano, instrumento preferido por la artista y utilizado en todas las canciones del álbum. “La Corriente” entra justo después a acelerar un poco el ritmo. La canción nuevamente se apoya sobre la voz de Silvana y sobre su cuatro y se complementa con las notas de un teclado esparcidas por aquí y por allá.

“Te Guardo” empieza con Silvana arpegiando su instrumento, con un ritmo nuevamente veloz, pero no acelerado. Los golpes de voz que pega en la primera parte de la canción cautivan la atención enseguida y hasta enchinan un poco la piel. La segunda parte le da la bienvenida al álbum a unas percusiones y a un arreglo de cuerdas que bailan entre sí en el fondo, embelleciendo el paisaje que respalda las palabras de Silvana, siempre en primer plano.

“Un día cualquiera” cambia ligeramente la tónica, siendo musicalizada solamente por un golpe de tambor y unos aplausos, intercalados, que sirven para marcar el ritmo de otra participación vocal impecable de la cantante. Es quizás el momento en que su canto se siente más “tripas para fuera”, lo cual es mucho decir en un proyecto en el que siempre se nota a la cantante dejar todo de sí misma.

Al escuchar el álbum por primera vez, llegando a “Sabré Olvidar” tuve una fuerte regresión a estar escuchando “Hoy Mi Día Uno” de Natalia Lafourcade. Es quizás este momento en el que más se puede sentir la influencia de la otra talentosa cantante jarocha en Silvana. Aún así tienen sus diferencias distintivas. La manera en que Estrada suelta las notas es muy propia a sí misma, además que la grabación de Marchita transmite una sensación de cercanía e intimidad de la que Musas simplemente carece.

“Marchita”, la canción que bautiza el álbum, es otra interpretación vocal impresionante de parte de Silvana Estrada, que entreteje falsettos con pequeños vibratos sobre un cuatro siempre constante que marca el ritmo y complementa a la perfección las melodías vocales.

Ya hacia el final la artista nos sorprende con “Casa”, el momento más experimental del disco. Comienza solamente con la voz de Silvana, a la que comienzan a añadírsele sonidos suspendidos en el aire, así como notas de un piano que se siente extrañamente lejano y cercano a la vez. Poco a poco empiezan a aparecer sonidos ambientales más claros: puertas abriéndose, unas sillas siendo movidas, trastes siendo lavados. Un órgano acompaña todo este momento, dotándolo de una sensación espectral. Esta sensación se redobla cuando su voz adquiere un ligero delay, antes de la entrada de unas trompetas que aumentan más la tensión antes de que ésta se libere con la llegada de unas cuerdas que toman el centro del escenario. El resto de la canción se trata de un arreglo instrumental que se siente como si ahora la casa nos estuviera cantando de vuelta.

La última canción del álbum, “La Enfermedad del Siglo”, se trata de una pieza puramente instrumental, en la que la voz es llevada por una trompeta. Silvana comenta que este le parece un momento importante porque todo el disco es llevado por su voz y cerrar así es como un alivio vocal y emocional; permite cerrar con un respiro. Así nos despedimos de este viaje íntimo y sentimental que la joven cantante xalapeña nos comparte, con la promesa muy pronto traernos más.

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Miles Kane — Change the Show