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Blood Red Shoes — Ghosts On Tape

8

Blood Red Shoes
Ghosts On Tape

Velveteen Records / 2022

Artista(s)

Blood Red Shoes

Creatividad firmada con sangre.

“COMPLY”, una oscura esencia que resulta familiar, pero con cierto nuevo brillo, sonidos de fondo que emanan cual enjambre de abejas buscando la salvación de la reina, la batería cual marcha de algo maligno, la voz rasposa a lo Trent Reznor en los tiempos de The Downward Spiral, y en sí la esencia de este tema con ese tétrico piano y el ambiente difuso que nos hace pensar que ya se descompusieron los audífonos. 

Un extraño pero notable inicio para un disco de los Blood Red Shoes, quienes después de un auto-exilio y un accidentado regreso a casa, dieron esbozos de un triunfal regreso hace algunos meses con “MORBID FASCINATION”, segundo tema de su nuevo disco titulado GHOSTS ON TAPE, así como lo leen, con mayúsculas. 

“MURDER ME” y el viejo ritual de las cuerdas y la batería, pero con un toque electrónico y grandes detalles en la producción: sintetizadores adecuados a esta nueva tónica y a la voz de Laura-Mary Carter con ecos agregados, riff sencillos a lo dark wave, y luego “(i’ve been watching you)”, en minúsculas, dándonos a entender esta nueva dinámica de la banda: la experimentación con sonidos electrónicos, un refresh necesario, algo que tal vez surgió debido a las circunstancias.

Tal vez ante la imposibilidad de Laura-Mary por tocar la guitarra debido a una lesión y la subsecuente rehabilitación de un brazo roto, decidió incursionar en el diseño de la música por la vía de los teclados, las perillas, los pedales y controladores de frecuencias. 

“GIVE UP”, una explosión nuclear que deja un invierno instrumental, Steven Ansell y los trepidantes tambores que nos devuelven cierta esperanza, nuestras vidas han cambiado a muchos niveles, hemos perdido personas, trabajos, la fe, hemos enfermado, pero música como esta nos devuelve la vida.

“SUCKER”, un amargo riff rasposo y distorsionado, aplausos, bombo, tarola, el ritmo primigenio, y de nuevo las secuencias de fondo, el piano como espectador más que protagonista, de nuevo el impecable trabajo en la consola, ese que agradeces apreciar con los mejores audífonos que puedes pagar. La era digital y su alteza sonora. 

“BEGGING” y esa guitarra acústica que nos remite a los primeros años de Blood Red Shoes, nombre en honor a la sangre que emanaba de los pies de Ginger Rogers ante el esfuerzo que implicaba ser pareja de baile de Fred Astaire.

“(you claim to understand)”, porque los grandes discos incluyen interludios, ese tipo de canciones consecuencia de “On the Run” de Pink Floyd, la innegable influencia de la música británica, y de nuevo el caos y la furia: “I AM NOT YOU”, como si Walter Schreifels de Rival Schools y Trent Reznor hubieran ido en la misma preparatoria y en la clase de música se hubieran conocido y después decidido comenzar una banda con influencias de Depeche Mode, Bauhaus y Gary Numan.

“DIG A HOLE”, y de nuevo esos nuevos elementos que envuelven y enaltecen este nuevo sonido, esta evolución necesaria, esta ansiedad por hacer lo que nadie había hecho, alentados por la inspiración de lo que ya se hizo. “I LOSE WHATEVER I OWN”, la voz a lo Shirley Manson, brillos de Patti Smith, el espíritu de Jehnny Beth (voz de Savages) y mientras más escuchamos mejor notamos la diferencia, la intención y la codicia de Blood Red Shoes por seguir sangrando sus manos haciendo buena música. “(what have you been waiting for)” como último episodio instrumental. 

“FOUR TWO SEVEN”, de nueva cuenta con palmas al unísono, y una suerte de gospel cual último canto en honor a una nueva visión de la inventiva musical: GHOSTS ON TAPE denota en su título el afán de atrapar fantasmas para así exponerlos, porque el panorama aún no se ve tan alentador, la banda incluso anunció hace unos días la cancelación del tour de promoción de este gran álbum que se necesita escuchar en directo. “Tocar en vivo es el centro de todo lo que hacemos y lo que somos”, palabras que el dueto mencionó en su reciente comunicado dando las malas noticias.

Pero la escucha de este álbum, y en general la obra de esta banda tal vez poco conocida en nuestro país, amerita nuestra atención, porque tal vez a primera instancia no te suenan conocidos, pero incluso aparecen en el soundtrack de la película Scott Pilgrim vs the World. De esos nombres que tal vez no figurarían en las letras grandes del cartel de un festival, pero que definitivamente encantarían a sus fans y enamorarían a gente que los escuche por primera vez.