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A 30 años del ‘Just for a Day’ de Slowdive

A 30 años del ‘Just for a Day’ de Slowdive

Se siente como si todos los días se hubieran ido”.

En 1991, alguna lady o gentleman británico escuchó por primera vez el Just for a Day de Slowdive. Me lo imagino así, tirado en su sillón, con una pinta a medio tomar, dispuesto a la difícil tarea de clavar la aguja en su vinilo o meter el casete en su grabadora (“qué portada tan pinche rara”, habría dicho en su equivalente inglés). Casi puedo ver su rostro de estupefacción, medio borracho, con los primeros acordes de esta banda que presumía un encanto muy a la The Cure del Pornography (1982), pero con un misterio sombrío y muy especial del cual solo podía brotar la pregunta: “y estos compas, ¿qué rollo traen?” (de nuevo, imagínense la escena en un perfecto british english).

Hay que entender algo: aunque hoy exista una oferta casi ridícula de grupos, el shoegaze no era una realidad hace 30 años. Apenas se perfilaba el sonido denso y oscuro de nombres como A.R. Kane o Cocteau Twins, que la prensa convino en etiquetar como dream pop. Sin embargo, todo dio un vuelco en 1991, gracias a un álbum que sorprendió al Reino Unido y logró cambiar las reglas del juego en la música del orbe… Así es, estoy hablando de Loveless, la obra maestra de My Bloody Valentine, responsable de definir los estándares del shoegaze como lo conocemos hoy... Ah, y por ahí también se estrenó un disquillo titulado Just for a Day, de un puñado de adolescentes goths clasemedieros que se hacían llamar Slowdive.

Just for a Day es el debut de la banda iniciada en 1989 por el compositor principal Neil Halstead y la vocalista Rachel Goswell; él inspirado en las guitarras ruidosas y repetitivas de Spacemen 3, y ella por la presencia escénica de Siouxsie Sioux. A través de nueve cortes como “Erick’s Song” y “Celia’s Dream”, el álbum honra al nombre del grupo gracias a pasajes guitarreros de una densidad mortífera y letras que versan sobre la depresión y el abandono, con un refinamiento lírico pocas veces visto en la obra de personas tan jóvenes. Nada mal para un trabajo que apenas contó con seis semanas para su grabación, pues se sabe que Neil mintió a Alan McGee de Creation Records al decirle que disponía de suficiente material para trabajar en un LP, cuando no había escrito ni dos canciones.

Quizá aquel extravagante sonido fue lo que irritó tanto a la prensa musical de la época —ya acostumbrada a mirar por debajo del hombro aquel nuevo movimiento de chavos pandrosos y guitarras sucias— pues despreció tajantemente el álbum al considerarlo un marcado retroceso con respecto a los extended play anteriores de Slowdive (y tampoco los culpo: el EP homónimo incluye en su tracklist la épica instrumental de ocho minutos “Avalyn II”, que habría de quedar inmortalizada en el mundo del cine gracias a Gregg Araki y su filme de culto Nowhere, de 1997). Los malos comentarios dejaron una huella indeleble en los integrantes de Slowdive, apenas en sus 17 o 18 años, quienes pensaron seriamente en “bajarse del barco” por las buenas y disolver la banda por su propio bien.

Afortunadamente, nada de eso ocurrió, y la historia que sigue es harto conocida. Después de Just for a Day, Neil y Rachel terminaron su relación sentimental; el duelo de esa situación inspiró las letras de Souvlaki (1993), un álbum que ahora forma parte del canon indiscutible del shoegaze. Posteriormente, tras su tercer álbum, el grupo entró en un hiatus indefinido, cuyo punto final quedó marcado apenas 25 años después con el estreno de Slowdive (2020), uno de los comebacks más laureados en la historia contemporánea del rock. Por supuesto, Just for a Day ganó un estatus de clásico entre los fans, y canciones como “Spanish Air” o “Catch the Breeze” hoy son parte del repertorio fundamental del género.

En 1991, alguna lady o gentleman británico escuchó Just for a Day por primera vez. Y con la primera escucha había nacido, con todas las de la ley, el grupo más sólido y congruente de la primera ola del shoegaze (y miren que se los dice el fan más grande de My Bloody Valentine que van a conocer en mucho tiempo. Ahí se las dejo).