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Chrysalis Records Limited / 2021
A estas alturas del partido es incierto saber quiénes son los fans actuales de Liz Phair, pero ella sigue aquí, nunca ha dejado de girar, y si algo es seguro es que había gente esperando por un nuevo trabajo de la cantautora. Tras trabajar en un álbum respuesta a The Beatles co-producido por Ryan Adams, descartado por la cantante tras conocerse las acusaciones de violencia en contra del músico, la compositora se detuvo e inicio del nuevo. Soberish es su primer disco en 10 años, una oda a la madurez que al mismo tiempo podría empatar con otras generaciones.
Hace 28 años llegaba Exile in Guyville, un debut de indie rock que se volvió un sleeper de ventas, nadie había considerado que las mujeres también querían escuchar rock, pero Liz si y busco el sonido que necesitaba para sus letras llenas de espíritu joven. Ahora en este nuevo disco el equipo de aquella obra maestra regresa; Brad Wood, está a cargo de nuevo en la consola, pero lo que en aquel disco era una oda lo-fi llena de improvisación, aquí está llena de clase, ganchos mucho mejor pensados y un sonido más contemporáneo.
Este disco es rock, pero en un sentido de actitud y no tanto de sonido. “Spanish Doors” inicia con unas guitarras que nos preparan para un coro lleno de ganchos. El homenaje a Lou Reed, "Hey Lou!" Combina folk, pop y la canción de cantautor cercana a proyectos como She and Him. “Good Side”, habla de solo conocer el “lado bueno” de alguien por que podría hacerte cambiar de opinión.
El mejor momento llega en “Soul Sucker”, que habla de sus batallas para mantener la sobriedad, en una secuencia de batería, una breve sección de cuerdas y un monologo que construye toda la canción. Si conociste a Phair en su faceta pop, “Ba Ba Ba”, puede que calme tus ganas de nostalgia.
“Lonely Street”, habla de la soledad y esperar a que vuelva la pareja, mientras Liz ofrece una de las mejores interpretaciones vocales del disco. El disco cierra con “Bad Kitty” que parece diseñada para sus detractores y con “Rain Scene” un breve interlude que puede interpretarse como el escape perfecto bajo la lluvia, el cierre a esa etapa de 10 años resumida en este disco.
Hace 28 años la crítica independiente destrozaba a Phair por ser “mujer indie”, una década más tarde esa misma prensa y “fans” se le iban en contra por hacer un disco en apariencia pop (con los productores de Avril Lavigne) ganando el histórico 0, otorgado por Pitchfork. Lo cierto es que hoy no se puede imaginar una Cat Power, Alanis Morissette, Angel Olsen o Sharon Van Etten, sin la ambición de Phair, que no sabía que tenía que abrir la puerta. Liz probablemente no vaya a tener más reconocimiento y seguirá dividiendo al público en general, pero ella sigue aquí, sigue siendo fiel a sí misma, y si tienes un poco de tiempo, aún tiene algo que ofrecer al escucha.