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Relapse Records / 2021
Cuando uno lee en reseñas, acerca del equipo de audio necesario para escuchar cierto tipo de discos, hay una natural expresión de incredulidad, ante la exigencia adicional que supone escuchar un disco; Pero si algo es seguro es que el nuevo trabajo de Genghis Tron merece ser reproducido con un par de buenas bocinas o buenos audífonos, ya sea por la cantidad curiosa de detalles que a primera impresión son difíciles de notar o porque simplemente no se puede escuchar Dream Weapon a la ligera, un disco que tomo trece años de espera.
Para este disco vuelve la alineación original a cargo de Hamilton Jordan y Michael Sochynsky, quienes se han propuesto hacer un disco que mantuviera el sello de la casa, pero con miras hacia un sonido mucho más refinado. Pero que nadie se espante, si bien aquí no hay aquella gama de sonidos que los hizo acreedores del curioso, pero efectivo, mote de “nintendocore” que mezcla la electrónica con riffs de guitarras, en su caso siempre más ligados al metal, la agresividad se mantiene y hace que la espera haya valido la pena. Para este nuevo disco el cambio viene con dos inclusiones importantes, han dejado guardadas las baterías programadas y han encontrado en Nick Yacyshyn (Sumac, Baptist) una baterista que les siga el pasó y añada algunos toques extra a la paleta de sonido; y por ultimo a Tony Wolski, quien es el encargado de las vocales en esta ocasión, aportando melodía y vocales menos agresivas pero si mejor empleadas y con la energía suficiente para mantener tu atención por 40 minutos.
"Dream Weapon" es el primer sencillo y es una introducción adecuada al mundo de este disco, la velocidad y los ejercicios con la electrónica toman un rumbo mucho más cinematográfico, un poco para continuar con el tema de ciencia ficción de su anterior placa Board Up the House. “Pyrocene” habla de una persecución constante, no sabemos a quién, pero la batería marca cada uno de los pasos de esa secuencia digna de película de acción. Los temas más largos son este caso los mejor logrados, cuando se trata de llevar ideas poco a poco hasta llegar al climax. Los sintetizadores iniciales en “Alone in the Heart of the Light” y la opera metal de “Ritual Circle” con su secuencia de riffs constantes y duros hacen la perfecta combinación, con una mezcla envidiable, que parece un esfuerzo completamente en equipo. El disco cierra con el medio tiempo “Single Black Point” que baja un poco la intensidad, para regresarnos al final con “Great Mother”, un tema que nos deja en claro que, si hay que esperar una década más para otro trabajo, habrá valido la pena.
Parece que no, pero Genghis Tron está unos cuantos pasos delante de su audiencia y es por ello que no teme desafiarlos con nuevas aventuras sónicas. Mientras el proyecto decide si el camino es continuar, el escucha tiene la oportunidad de revisar un disco interesante, complejo, divertido y lleno de secretos, que se pueden descubrir en cada nueva escucha.