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Es imposible definir con exactitud las características del rock indie. Para algunos, éstas se basan en la ejecución instrumental. Para otros, se relacionan enteramente con las formas de producción y distribución. Sin embargo, todos quienes han intentado esbozar una definición coinciden en la importancia de la experimentación y la mezcla de estilos que practican los grupos encasillados en esta corriente. Tal es el caso de la banda estadounidense Slow Pulp, donde Emily Massey (voz/guitarra), Alexander Leeds (bajo), Theodore Mathews (batería) y Henry Stoehr (guitarra), recorren cándidamente la historia del rock indie, desde sus raíces shoegaze hasta el choque con la psicodelia.
Slow Pulp debutó en 2017 con un EP convenientemente titulado EP2. En éste, el grupo tomó la ruidosa influencia de exponentes del shoegaze como Pinkshinyultrablast y la llevó a un extremo cercano al garage rock. En sus siguientes EP y sencillos, como “At Home” (2018), “Steel Birds” (2018) y Big Day (2019), Slow Pulp siguió navegando por la vertiente ruidosa, pero cada vez más en sintonía con la canción pop y las tiernas melodías vocales.
Su primer álbum de estudio, Moveys (Winspear Records, 2020), es el culmen de cuatro años de búsqueda por un sonido que añadiera frescura al concepto de “rock indie”. En sus 10 cortes, conviven exploraciones acústicas (“New Horse”, “Trade It”), momentos bailables (“Movey”), instrumentales (“Whispers”) y guitarras sucias que recuerdan a los primeros My Bloody Valentine (“Track”, “Channel 2”). El álbum es, en su forma última, un recorrido por las influencias que históricamente han formado a dicha etiqueta musical. "Falling Apart", octavo corte de este álbum, cuenta con un video musical dirigido por Jake Lazovick. Velo a continuación.
Moveys, además, significa un punto de inflexión para la banda. Antes de comenzar a trabajar en él, Emily Massey fue diagnosticada con mononucleosis crónica y, además, el proceso de grabación fue entorpecido por la pandemia.
Afortunadamente, la mayoría de la instrumentación ya estaba escrita. Alex, Henry y yo pudimos hacerlo por separado en un estudio que rentamos en Chicago. Requirió mucho FaceTime, que no fue un reemplazo para estar en el cuarto juntos”, comenta el baterista.
Después de todas las dificultades, Moveys salió a la luz para invitarnos al bipolar mundo de Slow Pulp, lleno de guitarras que se disuelven como el vaivén del mar. Escúchalo a continuación y sigue a la banda en su Facebook, Instagram, Spotify y Bandcamp.