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What Reality? / 2021
Hace 15 años inició algo en Australia que ahora es imparable: un movimiento de ruido, distorsión, psych y mucho reverb. No era ese sonido desértico de Wolfmother ni el clásico voltaje de AC/DC, iban en un camino diferente, algo con más introspección. Tame Impala fue la base, pero la oleada golpeó más allá: Pond, King Gizzard & The Lizard Wizard, Stonefield, GUM, Courtney Barnett, Moses Gunn Collective, The Babe Rainbow, y claro, nuestro protagonista de hoy: Psychedelic Porn Crumpets. Puede que la lista se extienda más y más por las joyas ocultas que rasgan las cuerdas buscando oportunidades, pero con los ya mencionados, tenemos todo listo para un viaje que seguro te volará la cabeza. El quinteto nacido en Perth lleva en activo desde 2014, y como buena banda australiana, no para de crear música. Titulado Shyga! The Sunlight Mound, la agrupación presenta su cuarto LP bajo What Reality?, sello independiente ubicado en su país natal.
Aunque se escucha mucho la influencia de Stu y los lagartos de Melbourne, Psychedelic Porn Crumpets ha encontrado su propio sello. La manera de crear caos muy a su estilo. En ocasiones suena muy abrumador, saben en qué momento calmarse y tienen en su mente cuando pueden soltar la tormenta. Aquí alcanzaron un sonido más maduro, pero un punto en contra es que parece repetitivo. Riffs retorcidos, balbuceos y una amalgama de muchos géneros que van desde el space rock hasta el psych texano.
Shyga! The Sunlight Mound inicia el viaje con “Big Dijon” y “Tally – Ho”, canciones explosivas que presagian la cultura psicodélica formada en la nación de los canguros. Aquí el primer gran punto a destacar: ya existe un sonido muy particular de las bandas australianas. No suenan igual. No tienen los mismos riffs. Pero ya son parte de una escuela, la de derretir cerebros, y sobretodo, se alejaron de la hecha en California y Texas. “Sawtooth Monkfish” y “Tripolasaur” siguen con la música, los sintetizadores tienen un efecto espacial en cada tema y el bajo con distorsión es un punto que nos seguirá como una sombra. Jack McEwan y su voz te incineran poco a poco.
“Mr. Prism” es el primer gran corte de Shyga! The Sunlight Mound. Rápida, concisa, con buenos entrecortes. “No hay necesidad de pensar, no hay necesidad de nada”, canta McEwan en una letra inspirada en la neumonía que contrajo el cantante en la última gira por Europa que ofreció la banda antes de la pandemia. “Hats Off To The Green Bins” y “Glitter Bug” nos llevan a la mitad del disco y aunque ya llevamos ocho cortes, sucede muy rápido. Las letras por sí solas son buenas, pero la música sigue rondando por el mismo sendero durante 25 minutos.
Viene más brillo, “More Glitter” se fusiona con “Pukebox”. La fórmula al parecer no cambiará, los Psychedelic Porn Crumpets se divierten haciendo ruido y les gusta mostrarlo. No les parece mal utilizar cuanto reverb se acerque a sus pies y fundir a su escucha en el intento. En este momento me hubiera gustado escuchar algo más arriesgado. “Mango Terrarium” es otro diseño vibrante y enérgico de la banda. Más frenesí y mucho voltaje. “Round The Corner” y “The Tale Of Gurney Gridman” vienen de nueva cuenta con este interludo de conexión para culminar con la nave espacial que te llevará a otro planeta.
Shyga! The Sunlight Mound demuestra que Psychedelic Porn Crumpets son más maduros en sus letras, pero el sonido poderoso que bombardea los sentidos se muestra intacto. Claro, alcanzaron una técnica gigantesca, pero siguen un poco encapsulados en lo que son, y no se arriesgan a lo que podrían ser. Se debe escuchar completo, las canciones conectan bien y muchas de ellas tienen continuidad. La batería es brutal en ese sentido. Un buen disco para hacer vibrar un poco las bocinas. En vivo deben ser colosales.