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Dead Oceans / 2020
27/Nov/2020
Por allá de junio, cuando salió a la luz Punisher la reacción fue de emoción. El segundo disco de Phoebe Bridgers rebasó cualquier expectativa y nos mostró un panorama musical y lírico con altibajos y sensaciones únicas, pero de algún modo sabíamos que no era el techo de la cantante en cuestión creativa y en producción. No era un trabajo incompleto, solo que en ese momento nos dimos cuenta del talento y la fuerza de la cantante para expresar.
Ahora llega Copycat Killer vía Dead Oceans, una producción de corta duración donde la cantante le cambia la armadura a cuatro canciones. Con ayuda del músico Rob Moose, las canciones se tomaron un giro orquestal gracias a múltiples arreglos de cuerdas para ilustrarlas nuevamente, dejando una perspectiva nueva, llena de sensibilidad y elegancia.
Las palabras siguen y eso es el punto más satisfactorio, de donde más se puede aprender. La perspectiva de los mensajes cambian gracias al contexto musical que tienen detrás. Por ejemplo, es como decir "Te Amo" en una noche de fiesta a los 17, pero después encontrarle un nuevo sentido a la frase cuando la mencionas después de una discusión acalorada, en el momento que te casas, o cuando estás de luto, o cuando estás en tus últimas horas de vida. Las palabras son las mismas, el momento cambia y por eso saben diferente.
Copycat Killer es, entonces, una nueva perspectiva por parte de la cantante de 26 años sobre sus temas. Comenzando por "Kyoto", donde la batería fluida, las guitarras con distorsiones ligeras y los épicos arreglos de vientos son reemplazados por capas de instrumentos de cuerda que brindan una textura más plena. La letra, que pasa a ser una respuesta de rechazo a lo que sería un padre que le abandonó, o tal vez a un viejo amor que desapareció sin despedirse se torna en un contexto con más intensidad y drama en comparación con la original.
La atmósfera de "Savior Complex" toma un poco más de velocidad en esta nueva versión. Rob Moose da una cátedra artística con violines a velocidad que juguetean entre sí para mostrar una canción llena de matices, una especie de vals, que incluso parece sacada de una película o un musical. Además, la historia de una persona que intenta salvar a la otra, que busca que se desnude en lo sentimental y espiritual con ella habita un sitio sublime.
Las historias de Phoebe Bridgers son como las postales en las cartas, cada una nos hace ver distintos panoramas en las fotografías de la vida según el momento en el que estemos, algunas personas lo verán de forma triste, otros a manera optimista. "Chinese Satellite" es un ejemplo de ello, un tema sobre la decepción de no sentir nada, pero también del alivio de saber que las cosas tienen que ser definitivas, sin intermediarios. La batería densa de la segunda parte es cambiada por una caja de ritmos fluida, que se acomoda con notas agudas de la cantante y los instrumentos para ser el climax del EP.
Finaliza Copycat Killer con "Punisher", que tiene un clima un poco más mesurado en cuanto a las anteriores. Sin perder la cinematografía del ambiente musical, la llegada de una persona nueva a tu vida que es tan emocionante por momentos te hace sentir como si le conocieras de vidas pasadas. La voz de Phoebe Bridgers toma la pauta, es menos acelerada y permite disfrutar sin perder la honestidad que conmueve en cada palabra.
Phoebe Bridgers desarma su segundo álbum para después añadirle piezas hechas con menos elementos pero igual emoción, el Copycat Killer lo único que asesina es la idea de que las canciones están limitadas a una historia, cuando son como Matrioshkas que te muestran distintas caras en cada ocasión que les escuches. Dale play a continuación y sigue este enlace para obtener tu copia, disponible vía Rough Trade Records.
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1501 Certified & 300 Entertainment / 2020
26/Nov/2020
“Imagínate a este man mintiendo sobre haberle disparado a una mujer como yo” es como Megan Thee Stallion arranca Good News, palabras más o menos. El track que abre su nuevo disco es “Shots Fired”, una canción que hace clara referencia al episodio de violencia que vivió en julio a causa del también rapero Tory Lanez. Sampleando “Who Shoot Ya?”, el diss track que Notorious B.I.G. le lanzó a Tupac en 1995, Megan le dice sus cuatro verdades al por demás cobarde Lanez, dejando en claro que si no lo acusó en su momento fue por la extrema violencia que la policía de Los Ángeles impone sobre la comunidad afroamericana. Esta primera canción demuestra que Megan no cree en nada, ni en nadie, cuando se trata de defenderse a sí misma.
Good News, un álbum de 17 tracks que sigue la estrategia del género de publicar discos largos para mejorar sus reproducciones en plataformas de streaming, incluye colaboraciones que ya hemos escuchado como “Savage” con Beyoncé y “Don’t Stop” junto a Young Thug; y singles que ya ha publicado este año, como “Girls in the Hood”. De los estrenos, los tracks que más se destacan, además de “Shots Fired”, son “Circles”, “Sugar Baby”, y “Body”.
Líricamente, Megan no decepciona. Su rango lírico mantiene su alto nivel en este disco como en los anteriores. Claro, hay que saber apreciar cómo usa las “malas palabras”, los insultos; hay que saber encontrar la belleza en cada uno de los shit, bitch, pussy, y otros, que incluye en sus letras, y donde las pone. Es esta capacidad la que eleva su forma de comunicar.
De los featurings, que incluyen a Da Baby, City Girls, Big Sean, 2 Chainz, Popcaan, Lil Durk y Mustard, la que sobresale es “Freaky Girls”, junto a SZA. “Freaky Girls” tiene los mejores beats y armonías de todo el disco, además la yuxtaposición entre las voces de ambas, que dicen lo mismo pero de diferente forma, le da una superioridad sobre las otras canciones que se estrenaron en este álbum.
Otro muy buen featuring en este álbum es “Intercourse”, en donde también participan Popcaan y Mustard. Lo tropical y caribeño de este track le da un aire más global al álbum, al que me estaba haciendo falta un sonido como este.
El día que se publicó el álbum, el pasado viernes, también se publicó el videoclip de “Body”, el verdadero culto al cuerpo que esperamos para una canción como esta. Lejos se ven los días en los que se glorificaba los cuerpos delgados en videoclips, ya se ha establecido que mientras más grande y con más rebote, mucho mejor.
Si bien contiene varias canciones que elevan al disco, la gran cantidad de tracks hace que tengamos mucho más por desmenuzar, y la calificación total hace que en resumen el disco sea un poco decepcionante. Sobre todo cuando escuchamos “Don’t Rock Me To Sleep”, una canción que no tenía nada que hacer en este tracklist, y que ojalá no hubiese sido incluida.
Megan Thee Stallion ha recibido hoy nominaciones al Grammy, tres para “Savage” junto a Beyoncé, por Mejor Rap Performance, Mejor Grabación del Año y Mejor Canción Rap, y ella ha sido nominada a Mejor Artista Nuevo.
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